La Hermandad de las Flores

A todos los corazones que laten en unidad perfecta con la creación infinita...
Para todas las Mujeres de Milagros que nos unimos en una Hermandad de sabiduría para despertar a la Mente Pura a través de la inteligencia innata del corazón!
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El jardín encantado

El jardín encantado
Este es un espacio para difundir los principios espirituales y filosoficos de Edwuard Bach y de Un Curso de Milagros. También por este medio es mi intención compartir la nueva medicina que despierta a la Mente Pura en el espacio sagrado de tu corazón:Milagros El Sendero de la Belleza.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Milagros. Estos son los 50 principios.


Estos son los 50 principios de los Milagros (Libro de Texto, Capítulo 1, “El significado de los Milagros”):

1. No hay grados de dificultad en los milagros. No hay ninguno que sea más "difícil" o más "grande" que otro. Todos son iguales. Todas las expresiones de amor son máximas.

2. Los milagros -de por sí- no importan. Lo único que importa es su Origen, El Cual está más allá de toda posible evaluación.

3. Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. El verdadero milagro es el amor que los inspira. En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro.

4. Todos los milagros significan vida, y Dios es el Dador de la vida. Su Voz te guiará muy concretamente. Se te dirá todo lo que necesites saber.

5. Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. No de­ben controlarse conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento.

6. Los milagros son naturales. Cuando no ocurren, es que algo anda mal.

7. Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es nece­sario una purificación.

8. Los milagros curan porque suplen una falta; los obran aquellos que temporalmente tienen más para aquellos que temporalmente tienen menos.

9. Los milagros son una especie de intercambio. Como toda ex­presión de amor, que en el auténtico sentido de la palabra es siem­pre milagrosa, dicho intercambio invierte las leyes físicas. Brindan más amor tanto al que da como al que recibe.

10. Cuando se obran milagros con vistas a hacer de ellos un espec­táculo para atraer creyentes, es que no se ha comprendido su propósito.

11. La oración es el vehículo de los milagros. Es el medio de comu­nicación entre lo creado y el Creador. Por medio de la oración se recibe amor, y por medio de los milagros se expresa amor.

12. Los milagros son pensamientos. Los pensamientos pueden re­presentar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual.

13. Los milagros son a la vez comienzos y finales, y así, alteran el orden temporal. Son siempre afirmaciones de renacimiento, que parecen retroceder, pero que en realidad van hacia adelante. Cancelan el pasado en el presente, y así, liberan el futuro.

14. Los milagros dan fe de la verdad. Son convincentes porque proceden de la convicción. Sin convicción degeneran en magia, que es insensata, y, por lo tanto, destructiva; o más bien, el uso no creativo de la mente.

15. Todos los días deberían consagrarse a los milagros. El propó­sito del tiempo es que aprendas a usarlo de forma constructiva. El tiempo es, por lo tanto, un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje.

16. Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar es tan bienaventurado como recibir. Aumentan la fortaleza del que da y simultáneamente le dan fortaleza al que recibe.

17. Los milagros transcienden el cuerpo. Son cambios súbitos al dominio de lo invisible, más allá del nivel corporal. Por eso es por lo que curan.

18. El milagro es un servicio. Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro. Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo, en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él.

19. Los milagros hacen que las mentes sean una en Dios. Se basan en la cooperación porque la Filiación es la suma de todo lo que Dios creó. Los milagros reflejan, por lo tanto, las leyes de la eter­nidad, no las del tiempo.

20. Los milagros despiertan nuevamente la conciencia de que el espíritu, no el cuerpo, es el altar de la verdad. Este reconoci­miento es lo que le confiere al milagro su poder curativo.

21. Los milagros son expresiones naturales de perdón. Por medio de los milagros aceptas el perdón de Dios al extendérselo a otros.

22. Los milagros se asocian con el miedo debido únicamente a la creencia de que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. Crees que lo que no puedes ver con los ojos del cuerpo no existe. Esta creencia te lleva a negar la visión espiritual.

23. Los milagros reorganizan la percepción y colocan todos los niveles en su debida perspectiva. Esto cura ya que toda enferme­dad es el resultado de una confusión de niveles.

24. Los milagros te capacitan para curar a los enfermos y resucitar a los muertos porque tanto la enfermedad como la muerte son invenciones tuyas, y, por lo tanto, las puedes abolir. Tú mismo eres un milagro, capaz de crear a semejanza de tu Creador. Todo lo demás no es más que tu propia pesadilla y no existe. Sólo las creaciones de luz son reales.

25. Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completa, es la Expiación. La Expiación opera todo el tiempo y en todas las dimensiones del tiempo.

26. Los milagros representan tu liberación del miedo. "Expiar" significa "deshacer". Deshacer el miedo es un aspecto esencial del poder expiatorio de los milagros.

27. Un milagro es una bendición universal de Dios a todos mis hermanos por mediación mía. Perdonar es el privilegio de los perdonados.

28. Los milagros son un modo de liberarse del miedo. La revela­ción produce un estado en el que el miedo ya ha sido abolido. Los milagros son, por lo tanto, un medio, y la revelación, un fin.

29. Los milagros alaban a Dios a través de ti. Lo alaban al honrar a Sus creaciones, afirmando así la perfección de las mismas. Curan porque niegan la identificación con el cuerpo y afirman la identifi­cación con el espíritu.

30. Dado que los milagros reconocen el espíritu, ajustan los nive­les de percepción y los muestran en su debido lugar. Esto sitúa al espíritu en el centro, desde donde puede comunicarse directamente.

31. Los milagros deben inspirar gratitud, no reverencia. Debes dar gracias a Dios por lo que realmente eres. Los Hijos de Dios son santos, y los milagros honran su santidad, que ellos pueden ocul­tar, mas nunca perder.

32. Yo inspiro todos los milagros, que en realidad son intercesio­nes. Interceden en favor de tu santidad y santifican tus percepcio­nes. Al ubicarte más allá de las leyes físicas te elevan a la esfera del orden celestial. En ese orden tú eres perfecto.

33. Los milagros te honran porque eres digno de ser amado. Desvanecen las ilusiones que albergas acerca de ti mismo y perciben la luz en ti. De esta forma, al liberarte de tus pesadillas, expían tus errores. Al liberar a tu mente de la prisión de tus ilusiones te restauran la cordura.

34. Los milagros le devuelven a la mente su llenura. Al expiar su sensación de carencia establecen perfecta protección. La fortaleza del espíritu no da cabida a intromisiones.

35. Los milagros son expresiones de amor, pero puede que no siempre tengan efectos observables.

36. Los milagros son ejemplos de recto pensar que armonizan tus percepciones con la verdad tal como Dios la creó.

37. Un milagro es una corrección que yo introduzco en el pensa­miento falso. Actúa como un catalizador, disolviendo la percep­ción errónea y reorganizándola debidamente. Esto te coloca bajo el principio de la Expiación, donde la percepción sana. Hasta que esto no ocurra no podrás conocer el Orden Divino.

38. El Espíritu Santo es el mecanismo de los milagros. Él reconoce las creaciones de Dios así como tus ilusiones. Separa lo verda­dero de lo falso mediante Su capacidad para percibir totalmente en vez de selectivamente.

39. El milagro elimina el error porque el Espíritu Santo lo identi­fica como falso o irreal. Esto es lo mismo que decir que al perci­birse la luz la oscuridad desaparece automáticamente.

40. El milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano así como mi hermano también. Es una manera de percibir la marca univer­sal de Dios.

41. El contenido perceptual de los milagros es la plenitud. De ahí que puedan corregir o redimir la errada percepción de carencia.

42. Uno de los mayores beneficios que se deriva de los milagros es su poder para liberarte de tu falso sentido de aislamiento, priva­ción y carencia.

43. Los milagros surgen de un estado mental milagroso, o de un estado de estar listo para ellos.

44. Los milagros son expresiones de una conciencia interna de Cristo y de haber aceptado Su Expiación.

45. Un milagro nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces, y producir cambios inimaginables en situacio­nes de las que ni siquiera eres consciente.

46. El Espíritu Santo es el medio de comunicación más elevado. Los milagros no entrañan ese tipo de comunicación, debido a que son medios temporales de comunicación. Cuando retornes a la forma original de comunicación con Dios por revelación directa, los milagros dejarán de ser necesarios.

47. El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la necesi­dad del tiempo. Establece un intervalo temporal fuera de lo nor­mal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. En ese sentido es intemporal.

48. El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposi­ción para controlar el tiempo. Sólo la revelación lo transciende al no tener absolutamente nada que ver con el tiempo.

49. El milagro no distingue entre diferentes grados de percepción errónea. Es un recurso para sanar la percepción que es eficaz inde­pendientemente del grado o dirección del error. En eso radica su verdadera imparcialidad.

50. El milagro compara lo que tú has hecho con la creación, acep­tando como cierto lo que concuerda con ella, y rechazando cómo falso lo que no.

Sanar la mente. Kenneth Wapnick

Sanar es UNIR

Sanar es unir, no separar, conduce a la libertad en lugar de a la opresión, es elegir la paz en lugar del conflicto y el amor en lugar del sufrimiento. Es un proceso en el que uno se libera del miedo y la culpa, aceptando con convicción que la esencia de nuestro ser es el amor, que nuestra verdadera identidad es espiritual, que todo es posible a través del perdón y que este último es lo más cercano al amor que podemos experimentar. Significa corregir la percepción mental errónea, implica remover los obstáculos mentales que impiden sentirnos en paz. Consiste en descubrir qué valor asignamos a actitudes como: guardar rencor, enjuiciar y culpar a los que nos rodean, atacar, criticar y enjuiciarnos a nosotros mismos, en una palabra, vivir en desamor.

Kenneth Wapnick en el apartado del glosario de su libro Un Curso de Milagros: Una Introducción Básica, nos ofrece una explicación sobre sanación: “La sanación está basada en la creencia de que nuestra verdadera identidad es el espíritu. La sanación refleja el principio que no hay grados de dificultad en los milagros, sino que es el resultado de la unión con otro en el perdón, que cambia la percepción de cuerpos separados por nuestro propósito compartido de sanación en este mundo” (Pág. 153).

Participamos en nuestro propio proceso sanador cuando tomamos la decisión de observar a las personas, las circunstancias y los eventos que rodean nuestra vida en forma diferente, con una visión responsable y, desde ahí, llevar a cabo un trabajo interno. En este proceso la meta es traer la armonía y la paz a nuestra mente que es la que requiere ser sanada, ya que al cuerpo no toma decisiones, y el espíritu no lo requiere porque ya es perfecto. Se refiere también estar al servicio de otros como una extensión de nuestra propia sanación y de nuestro estado de conciencia de libertad, en donde nada es aprendido en aislamiento, y todo es enseñado por el Espíritu Santo, nuestro mejor y más asertivo Maestro, que nos dice que el perdón es la herramienta de liberación del sufrimiento.

Cuando aceptamos el compromiso de sanarnos, podemos notar cambios en los pensamientos que expresamos a través de diversas actitudes en nuestra comunicación, y esto es debido a que se modificó nuestro proceso mental. Con el compromiso generamos una energía en nuestra mente que moviliza el rompimiento y liberación de antiguas creencias, de arquetipos y patrones de conducta que generan energías discordantes, produciéndose la fuerza necesaria para asumir la responsabilidad y el liderazgo para liberar las falsas percepciones provenientes del pasado.

Este proceso no es lineal en el tiempo, es más bien una espiral dentro de nuestra mente, la que se mueve y se expande con cada afirmación de sanación, la que una vez instalada en nuestra mente estamos listos para empezar a compartirla con nuestro hermano, que también ha estado buscando ayuda, que desea sanarse y convertirse en un ser consciente, y quien se convierte a la vez en un maestro sanador para nosotros, cerrándose así el círculo de la Redención y la unión con la Filiación.

Un hermano que busca ayuda puede traemos regalos más allá de las alturas percibidas en sueño alguno. Nos ofrece la salvación, pues viene a nosotros como Cristo y Salvador. Lo que él pide lo está pidiendo Dios a través de él. Y lo que hacemos por él se convierte en el regalo que le damos a Dios. El sagrado pedido de ayuda del Hijo de Dios, en su percibido infortunio, su Padre no puede sino contestarlo. Pero Él necesita una voz a través de la cual hablar Su sagrada Palabra; una mano con la cual pueda alcanzar a Su Hijo y tocar su corazón. En un proceso como ese, ¿quién podría no sanarse? Esta interacción sagrada es el plan de Dios Mismo, por medio del cual Su Hijo es salvado. (P. 2.V.5)
Decidir sanarse conlleva la decisión firme de debilitar al ego, dejando de escuchar sus mensajes aturdidores que nos dicen que para sentirnos sanos debemos compararnos con nuestro hermano para ver que estamos mejor que él, que él es quien necesita ser sanado, que está equivocado y que nosotros tenemos la razón (el sanador no sanado) que él está mal y no tiene ni la fuerza ni los recursos para sanarse, que no tiene nada que enseñarnos. Este mensaje erróneo del ego nos aleja de poder ver en nuestro interior, y observar que la misma fuerza que nosotros tenemos para salir de la oscuridad, la tiene él, que si nosotros podemos salir a la luz del amor, él también puede. Cuando aceptamos esto último estamos abriendo la puerta para recibir las enseñanzas que él nos aporta, porque podemos vernos en el espejo que él representa.

Para el ego lo caritativo, lo correcto y lo apropiado es señalarles a otros sus errores y tratar de "corregirlos". Esto tiene perfecto sentido para él porque no tiene idea de lo que son los errores ni de lo que es la corrección. Los errores pertenecen al ámbito del ego, y la corrección de los mismos estriba en el rechazo del ego. Cuando corriges a un hermano le estás diciendo que está equivocado. Puede que en ese momento lo que esté diciendo no tenga sentido, y es indudable que si está hablando desde su ego no lo tiene. Tu tarea, sin embargo, sigue siendo decirle que tiene razón. No tienes que decírselo verbalmente si está diciendo tonterías. Necesita corrección en otro nivel porque su error se encuentra en otro nivel. Sigue teniendo razón porque es un Hijo de Dios. Su ego, por otra parte, está siempre equivocado, no importa lo que diga o lo que haga. (T.9.III.2)
Sanarnos nos permite regresar al estado original en que el Padre nos Creó: eternos, perfectos, santos, inmutables, en completo estado de abundancia. Reconocerlo nos da la gracia para unirnos a la Voluntad de Dios, para compartir Su Pensamiento y los regalos que hemos recibido, sintiendo que nuestra única expresión es la de gratitud y amor por la vida que caminamos, comprendiendo que se pueden presentar nuevos problemas pero que podemos resolverlos, sabedores que no existe ningún lugar en el que Dios no esté presente, que somos Su Hijo bienamado al que nunca suelta de la Palma de Su Mano.

Glosario de Un Curso de mIlagros

 Glosario de Terminos de Curso de Milagros
de Kenneth Wapnick

 
ABUNDANCIA:  El principio del Cielo que contrasta con la creencia del ego en la escasez; al Hijo de Dios jamás puede faltarle nada o tener necesidades, puesto que los regalos de Dios, otorgados eternamente en la creación, siempre están con él.

ACEPTAR LA EXPIACIÓN: Aceptar la irrealidad de la separación, el pecado y la culpa, la enfermedad y la muerte, al seguir el currículo específico del perdonar nuestras relaciones especiales -como nos enseña el Espíritu Santo- que corrige nuestros errores; esta es nuestra única responsabilidad, nuestra función en la Expiación.

ALTAR: La parte de la mente que elige a Dios o al ego; no es una estructura externa, sino una actitud o devoción.

Mentalidad Errada: Utilizada a veces como símbolo de la presencia del ego: chorrea sangre.

Mentalidad Correcta: Símbolo de la Presencia de Dios en nosotros; el lugar de encuentro de Dios con Su Hijo: salpicado con los lirios (azucenas) del perdón.

AMOR:

Conocimiento: La esencia del ser de Dios y de la relación con Su creación, que es inmutable y eterna; está más allá de toda definición y enseñanza, y sólo puede experimentarse o conocerse una vez que las barreras de la culpa se han eliminado por medio del perdón.

Percepción Verdadera: Es imposible en el mundo ilusorio de la percepción, pero puede expresarse aquí a través del perdón; es la emoción que nos dio Dios, en contraste con la emoción de miedo del ego, y se manifiesta en cualquier expresión de verdadera unión con otro.

ÁNGELES: Extensiones del Pensamiento de Dios; símbolo de la luz y protección de Dios que siempre nos rodea, puesto que en verdad nosotros jamás nos hemos separado de El; no debe confundirse con la idea popular de seres celestiales, los cuales son inherentemente ilusorios.

ANTI-CRISTO: Símbolo del ego y de la creencia de que existe un poder que puede oponerse a la omnipotencia de Dios y que puede negar la realidad de Cristo.

Nota: No debe confundirse con el término cristiano que denota la presencia verdadera del mal [o del diablo] en el mundo.

ATAQUE: El intento de justificar la proyección de la culpa sobre los demás, para demostrar su carácter pecaminoso y su culpa de manera tal que nosotros podamos sentirnos libres de ésta; debido a que el ataque es siempre una proyección de nuestra responsabilidad por la separación, jamás se justifica; también se utiliza para denotar el pensamiento de habernos separado de Dios, por lo cual creemos que Dios a su vez nos atacará y nos castigará.

Nota: "ataque" e "ira" se utilizan como virtuales sinónimos.

AZUCENAS: Vea lirios.

BRECHA: El espacio ilusorio entre nosotros y Dios, y entre nosotros y los demás, causado por la creencia en la separación; en este espacio surgen los sueños de enfermedad y odio, puesto que la proyección hacia los cuerpos siempre tiene que ir seguida por la creencia que tiene la mente en la separación.

CANCIÓN DEL CIELO: Símbolo del amor y gratitud que unen a Dios y Sus Hijos, quienes creyeron una vez que estaban separados de su Creador; en "The Song of Prayer," se utiliza como símbolo de la comunión silente entre Dios y Cristo.

CAUSA-EFECTO: Causa y efecto son mutuamente dependientes, puesto que la existencia de uno determina la existencia del otro; además, si algo no es causa no puede existir, ya que todo ser tiene efectos.

Conocimiento: Dios es la única Causa, y Su Hijo, es Su Efecto.

Percepción: El pensamiento de separación -el pecado- es la causa del sueño de sufrimiento y muerte, que es el efecto del pecado; el perdón deshace el pecado al demostrar que el pecado no tiene efecto; i.e., la paz de Dios y nuestra amorosa relación con El no se afecta en absoluto con lo que los demás nos han hecho; por lo tanto, al no tener efectos, el pecado no puede ser causa por lo cual no puede existir.

CIELO: El mundo no-dualista del conocimiento, donde moran Dios y Su creación en la perfecta unidad de Su Voluntad y espíritu; aunque excluyente del mundo de la percepción, el Cielo puede reflejarse aquí en la relación santa y el mundo real.

Vea: conocimiento.

COMUNICACIÓN:

Conocimiento: Sinónimo de creación, una expresión de nuestra relación unificada con Dios la cual puede compararse con un fluir del espíritu y del amor; sólo el espíritu puede comunicarse, contrario al ego, que está separado por naturaleza.

Percepción Verdadera: Nosotros experimentamos comunicación en nuestra mente correcta a través del Espíritu Santo, al permitir que Su Amor se comparta por medio de nosotros.

COMUNIÓN: La unión de] Padre, Hijo y Espíritu Santo, Que pareció romperse con la separación; la consciencia de esta unión del espíritu se restablece en nosotros a través de la relación santa; no debe confundirse con el significado católico tradicional del término, el cual recalca el compartir del cuerpo (no de la mente) de Jesús en la liturgia de la Eucaristía de la misa; por medio de la transubstanciación del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Jesús.

CONOCIMIENTO: El Cielo, o el mundo de Dios y de Su creación unificada que existía antes de la separación en el cual no hay diferencias o formas, por lo cual excluye al mundo de la percepción; no debe confundirse con el uso común de "conocimiento," que implica el dualismo de un sujeto que conoce y un objeto que es conocido; en el Curso refleja la experiencia pura de no-dualidad, en la cual no existe la dicotomía sujeto-objeto.

Vea: Cielo.

CREACIÓN: La extensión del ser o espíritu de Dios, la Causa que resultó en Su Hijo, el Efecto; se describe como la Primera Venida (el primer Advenimiento) de Cristo; la función del Hijo en el Cielo es crear, tal como fue la de Dios al crearlo a Él.

Nota: Existe únicamente en el nivel del conocimiento, y no es equivalente a la creación o creatividad tal como se utilizan los términos en el mundo de la percepción.

CREACIONES: Las extensiones de nuestro espíritu; los efectos de nuestra capacidad creadora, análoga a la creación cuando Dios creó a Su Hijo al extenderse a Sí Mismo; como extensiones de Cristo, nuestras creaciones son parte de la Segunda Persona de la Trinidad; la creación sigue su curso en el Cielo, más allá del tiempo y del espacio, e independiente de la falta de consciencia que de la misma tiene el Hijo en este mundo.

Vea: Creación.

CRISTO: La Segunda Persona de la Trinidad; el único Hijo de Dios o la totalidad de la Filiación; el Ser Que Dios creó por medio de la extensión de Su espíritu; aunque Cristo crea tal como lo hace Su Padre, El no es el Padre puesto que Dios creó a Cristo, pero Cristo no creó a Dios.

Nota: No debe equipararse exclusivamente con Jesús.

CRUCIFIXIÓN: Un símbolo del ataque del ego en contra de Dios y por consiguiente en contra del Hijo de Dios, lo cual da testimonio de la "realidad" del sufrimiento, el sacrificio, la victimización y la muerte que el mundo parece manifestar; también se refiere al asesinato de Jesús, un ejemplo extremo que nos enseñó que nuestra verdadera Identidad de amor jamás puede ser destruida, puesto que la muerte no tiene poder sobre la vida.

CUERPO:

Nivel I: La encarnación del ego; el pensamiento de separación proyectado por la mente y convertido en forma; el testigo de la aparente realidad de la separación ya que es una limitación para el amor, y lo excluye de nuestra consciencia; incluye nuestros cuerpos físicos así como nuestras personalidades.

Nivel II: Es inherentemente neutral, ni "bueno" ni "malo"; su propósito se lo da la mente.

Mentalidad Errada: El símbolo de la culpa y el ataque.

Mentalidad Correcta: El medio para aprender y enseñar el perdón, a través del cual se deshace la culpa; el instrumento de salvación mediante el cual el Espíritu Santo nos habla.

CULPA: El sentimiento que se experimenta en relación con el pecado; su reflejo desde nuestra mente se ve en todos los sentimientos negativos y las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, en su mayoría inconscientes; la culpa descansa sobre un sentido de indignidad inherente, aparentemente aun más allá del poder perdonador de Dios, Quien erróneamente creemos que exige castigo por nuestro aparente pecado de separación contra Él; al seguir el consejo del ego de que mirar la culpa nos destruirá, negamos la presencia de ésta en nuestras mentes, y luego la proyectamos en forma de ataque, bien sea sobre los demás en forma de ira o sobre nuestros cuerpos en forma de enfermedad.

Vea: principio de escasez.

CURACIÓN (SANACIÓN): La corrección en la mente de la creencia en la enfermedad que hace que la separación y el cuerpo parezcan reales; el efecto de unirse con otro en el perdón, lo cual cambia la percepción de cuerpos separados -la fuente de toda enfermedad- al propósito compartido de la curación en este mundo; puesto que la curación está basada en la creencia de que nuestra verdadera Identidad es el espíritu, no el cuerpo, la enfermedad de cualquier clase tiene que ser ilusoria, ya que sólo un cuerpo o ego puede sufrir; la curación refleja de esta manera el principio de que no hay orden (grados) de dificultad en los milagros.

DAR-RECIBIR:

Mentalidad Errada: Si uno da tiene menos, lo que refuerza la creencia del ego en la escasez y el sacrificio, y ejemplariza su principio de "dar para obtener," en que da para obtener más de algo a cambio de lo que da; al creer que puede dar sus regalos de culpa y miedo, la versión del ego de dar es realmente proyección.

Mentalidad Correcta: Dar y recibir son idénticos, lo cual refleja el principio de abundancia del Cielo y la ley de extensión; el espíritu jamás puede perder, puesto que cuando uno da amor, recibe amor; los regalos del Espíritu Santo son cualitativos no cuantitativos, y por consiguiente aumentan en la medida en que se comparten; el mismo principio funciona en el nivel del ego, porque en la medida que damos culpa (proyección) así la recibimos.

Vea: Regalo.

DECISIÓN: La última libertad que nos queda como prisioneros de este mundo es nuestro poder de decidir; si bien no se conoce en el Cielo, la decisión es necesaria aquí ya que lo que hay que corregir es la decisión de estar separados de nuestra Fuente; esto se logra al escoger al Espíritu Santo en lugar del ego, al escoger la mentalidad correcta en vez de la mentalidad errada.

DEFENSAS:

Mentalidad Errada: La dinámica que utilizamos para "protegernos" de nuestra culpa, nuestro miedo y del aparente ataque de los demás, lo más importante de esta dinámica son la negación y la proyección; por su naturaleza misma "las defensas dan lugar a lo que quieren defender," puesto que refuerzan la creencia en nuestra propia vulnerabilidad la cual simplemente aumenta nuestro miedo y nuestra creencia de que necesitamos defensa.

Mentalidad Correcta: Se reinterpreta como el medio que nos libera del miedo; e.g., la negación oculta "la negación de la verdad," y el proyectar nuestra culpa hace posible que adquiramos consciencia de lo que hemos negado, de manera que podamos perdonarlo realmente.

DESEO-VOLUNTAD: El ego desea, el espíritu ejerce su voluntad.

Conocimiento: El ejercicio de la voluntad expresa creación, que es la verdad.

Percepción: Desear puede reflejar mentalidad errada o correcta, ambas son inherentemente ilusorias, puesto que desear implica que existe una realidad distinta a la unidad del Cielo.

DESPERTAR: El Curso habla de la separación como si fuera un sueño del cual necesitamos despertar; la salvación, por lo tanto, consiste en escuchar al Espíritu Santo -la Llamada a que despertemos- en nosotros mismos y en nuestros hermanos: de ese modo aceptamos la unidad de los unos con los otros que deshace la separación la cual originó el sueño en el principio.

DIABLO (DEMONIO): Una proyección del ego, la cual intenta negar la responsabilidad de nuestro pecado y nuestra culpa proyectándolos hacia un agente externo que, por consiguiente, parece afectarnos con su "maldad."

DICHA (FELICIDAD, GOZO, JÚBILO): La dicha es una de las características del maestro de Dios, la cual comparte con todo el Cielo; la felicidad es la Voluntad de Dios para nosotros, la cual se logra a través del cumplimiento de nuestra función de perdonar y despertar del sueño de la muerte.

DIOS: La Primera Persona de la Trinidad; el Creador; la Fuente de todo ser o de toda vida; el Padre, Cuya Paternidad se establece por la existencia de Su Hijo, Cristo; la Primera Causa, Cuyo Hijo es Su Efecto; la esencia de Dios es espíritu, el cual se comparte con toda la creación, cuya unidad es el estado de Cielo.

DISOCIACIÓN: Una defensa del ego que separa al ego del Espíritu Santo-la mente errada de la mente correcta-dividiendo lo que parece atemorizante, lo cual simplemente refuerza el miedo que es la meta del ego; el intento del ego de separar dos sistemas de pensamiento conflictivos y mantenerlos a ambos en nuestras mentes, de modo que su sistema de pensamiento de obscuridad esté a salvo de que la luz lo deshaga.

DIVISIÓN (CISMA): Sin enumerarlas como tales, el Curso describe cuatro niveles de divisiones, las cuales se reflejan en el mundo a través de nuestras relaciones especiales:

1) El pensamiento original de separación cuando creímos que nos habíamos separado de Dios, lo cual nos lleva a la creencia en dos mentes: la Mente de Cristo y la mente dividida.

2) La siguiente división de la mente dividida en mentes errada y correcta: los hogares del ego y del Espíritu Santo.

3) La separación de la mente errada y de la mente correcta por medio de la creencia en el sistema de pensamiento del ego de pecado, culpa y miedo; el Amor del Espíritu Santo ahora ha sido sepultado bajo el especialismo del ego, y a Dios se le teme en vez de aceptársele.

4) La división ontológica final en la que se niega la culpa en nuestras mentes y se proyecta hacia afuera, se fabrica un mundo separado de ataque y de muerte, un mundo que parece estar separado de la mente que lo pensó.

Vea: Disociación.

DOLOR: Vea sufrimiento.

EGO: La creencia en la realidad del yo (ser) separado o falso, el cual se hizo como substituto del Ser Que Dios creó; el pensamiento de separación que hace que surjan el pecado, la culpa y el miedo, y un sistema de pensamiento basado en el especialismo para protegerse a sí mismo; la parte de la mente que cree estar separada de la Mente de Cristo; esta mente dividida tiene dos partes: mente errada y mente correcta; casi siempre el ego se utiliza para designar la "mente errada", pero puede incluir la parte de la mente dividida que puede aprender a escoger la mente correcta.

Nota: No debe equipararse con el "ego" del psicoanálisis, pero se puede equiparar, más o menos, con la psiquis entera, de la cual el "ego" psicoanalítico forma parte.

ENFERMEDAD: Un conflicto en la mente (culpa) que se desplaza hacia el cuerpo; el intento del ego de defenderse en contra de la verdad (espíritu) al concentrar la atención en el cuerpo; un cuerpo enfermo es el efecto de la mente enferma o dividida que es la causa, y que representa el deseo del ego de hacer culpables a otros a través del sacrificio de sí mismo, y de la proyección de la responsabilidad del ataque sobre ellos.

ENSEÑANZA-APRENDIZAJE: Lo que creemos que somos es lo que enseñamos siempre, y lo que enseñamos refuerza nuestra creencia: así pues, la enseñanza y el aprendizaje ocurren todo el tiempo, son realmente idénticos, y por lo tanto no se puede separar a la una del otro; nuestra elección de lo que enseñamos y aprendemos procede de nuestra identidad como espíritu o como ego.

ESPINAS: El símbolo de la crucifixión que utiliza el Curso, el pecado y la culpa del hijo de Dios; el regalo del ego que proyecta la culpa hacia los demás y los ataca por ello; se contrasta con los lirios (azucenas), el regalo del perdón.

ESPÍRITU: La naturaleza de nuestra verdadera realidad la cual, al ser de Dios, es inmutable y eterna; se contrasta con el cuerpo, la encarnación del ego, el cual cambia y muere; el Pensamiento en la Mente de Dios que es el Cristo unificado.

ESPÍRITU SANTO: La Tercera Persona de la Trinidad Quien se describe metafóricamente en el Curso como la Respuesta de Dios a la separación; el Vínculo de Comunicación (Eslabón) entre Dios y Sus Hijos separados, y que salva la brecha entre la Mente de Cristo y nuestra mente dividida; la memoria de Dios y Su Hijo que trajimos con nosotros al sueño; Aquel Que ve nuestras ilusiones (percepción), y nos conduce a través de ellas hacia la verdad (conocimiento); la Voz por Dios Que habla por Él y por nuestro Ser real, recordándonos la Identidad que olvidamos; también se conoce como el Puente, Consolador, Guía, Mediador (Intercesor), Maestro y Traductor.

ESTRELLA: Símbolo de Cristo, de la luz y Presencia de Dios que brilla siempre en nosotros, y que el perdón revela.

EXPIACIÓN: El plan de corrección del Espíritu Santo para deshacer el ego y sanar la creencia en la separación; se puso en efecto después de la separación, y se completará cuando cada Hijo separado haya cumplido su parte en la Expiación por medio del perdón total; su principio es que la separación jamás ocurrió.

EXTENSIÓN:

Conocimiento: El proceso activo de la creación, en el cual el espíritu fluye de sí mismo: Dios crea a Cristo; puesto que el Cielo está más allá del tiempo y del espacio, la "extensión" no puede entenderse como un proceso espacial o temporal.

Percepción Verdadera: Extender la visión del Espíritu Santo o de Cristo en la forma de perdón o de paz; el uso que le da el Espíritu Santo a la ley de la mente, en contraste con la proyección del ego; puesto que las ideas no abandonan su fuente, lo que se extiende permanece en la mente, desde donde se refleja hacia el mundo de ilusión.

FE: La expresión de aquello donde escogemos depositar nuestra confianza; somos libres de tener fe en el ego o en el Espíritu Santo, en la ilusión del pecado en otros o en la verdad de su santidad como Hijos de Dios.

FILIACIÓN: Es la suma de todo lo que Dios creó. Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. La Filiación, en su unicidad, trasciende la suma de sus partes.

FORMA-CONTENIDO: La multitud de formas del mundo esconde la sencillez del contenido de éstas: verdad o ilusión, amor o miedo; el ego intenta convencernos de que nuestros problemas están en el nivel de la forma, de modo que su contenido subyacente -miedo- se escape de la atención y de la corrección; el Espíritu Santo corrige todos nuestros aparentes problemas en su origen -la mente- al sanar el contenido de miedo del ego con Su Amor lo cual demuestra que no hay grado de dificultad en los milagros o en la solución de problemas.

FUNCIÓN:

Conocimiento: Creación, la extensión del Amor de Dios o espíritu; Dios crea a Su Hijo, Cristo, Quien a Su vez crea como lo hace Su Padre; nuestra función de crear, la cual sigue en curso por toda la eternidad, se restablece a nuestra consciencia cuando se complete la Expiación.

Percepción: Perdón, curación (sanación), salvación, aceptar la Expiación para nosotros mismos; nuestra "función especial" es perdonar nuestras relaciones especiales; la función del Espíritu Santo es llevar a cabo el plan de la Expiación, al recordarle a cada Hijo de Dios cuál es su función especial.

GRACIA: Nuestro estado natural como el espíritu, cuya conciencia regresa a nosotros cuando completamos nuestras lecciones de perdón; un aspecto del Amor de Dios en este mundo; está por encima del aprendizaje porque no se puede enseñar, pero es la meta del aprendizaje, puesto que todas las lecciones apuntan hacia su amor.

GRANDES RAYOS:

Conocimiento: La extensión de la luz de Dios, nuestra verdadera realidad como Cristo; los Grandes Rayos son del espíritu, y no tienen que ver con el cuerpo en lo absoluto.

Percepción Verdadera: La presencia de la luz de Cristo en la mente separada; aparentemente separados de los Grandes Rayos de Dios los cuales no se ven, esta luz se manifiesta como una chispa en cada Hijo, y se hace visible a través del perdón de nuestras relaciones especiales.

GRATITUD:

Conocimiento: Dios está agradecido de Su creación por completarlo, y junto con el Espíritu Santo y Jesús, El agradece nuestros esfuerzos para regresar a El; debe entenderse como una metáfora para el Amor de Dios, puesto que en realidad El no tiene una consciencia separada que pueda sentir gratitud por otra.

Percepción Verdadera: La expresión de agradecerle nuestra existencia a nuestro Creador, así y como a la existencia de todas las "cosas vivientes" que nos ofrecen la oportunidad de acordarnos de Él; nuestra gratitud de unos a otros refleja nuestro reconocimiento de que la salvación llega por medio del perdón, y así se convierte en la manera de recordar a Dios.

Vea: Canción (himno) del Cielo.

GUERRA: Símbolo de la creencia del ego en el conflicto entre sí mismo y su imagen de un Dios vengativo Que trata de destruirlo; este conflicto se proyecta hacia la experiencia de nosotros mismos en guerra con el mundo y con todos en él.

HACER (FABRICAR) – CREAR: El espíritu crea, mientras que el ego hace (fabrica).

Conocimiento: La creación sólo ocurre dentro del mundo del conocimiento, verdad creadora.

Percepción: Hacer, conocido también como mal-crear, sólo conduce a ilusiones; raramente se aplica al Espíritu Santo, a Quien se describe como el Hacedor (Artífice) del mundo real.

Vea: Creación.

HIJO DE DIOS:

Conocimiento: La Segunda Persona de la Trinidad; el Cristo Que es nuestro verdadero Ser.

Percepción: Nuestra identidad como Hijos separados, o el Hijo de Dios como ego, con una mente errada y correcta; la frase bíblica "hijo del hombre" rara vez se usa para designar al Hijo como separado.

HUMILDAD-ARROGANCIA: La humildad es de la mente correcta, la cual reconoce su dependencia de Dios, mientras que la arrogancia es de la mente errada, la cual siente que está en competencia con El; el espíritu descansa en la grandeza de Dios, de Quien deriva su poder, mientras que la grandiosidad del ego proviene de creer que él es Dios, y que posee el poder para determinar nuestra función en el plan de Dios; de esta manera el ego confunde la humildad con la arrogancia, y nos dice que somos indignos de ser los instrumentos de salvación de Dios.

ÍDOLO: Símbolo de la substitución del ego por nuestro verdadero Ser o Dios; una falsa creencia de que puede haber algo distinto a Dios, o más que Dios, y por consiguiente separado de El, una creencia que se proyecta luego sobre la relación especial: personas, cosas o ideas; el anti-Cristo.

ILUSIÓN: Algo que se cree que es real pero que no lo es; la ilusión última es la separación de Dios, sobre la cual descansan todas las manifestaciones del mundo separado, lo que puede considerarse como distorsiones en percepción; i.e., ver ataque en lugar de un pedido de amor, pecado en vez de error; las ilusiones del mundo refuerzan la creencia de que el cuerpo tiene un valor en sí y de por sí mismo, una fuente de placer o de dolor; el perdón es la ilusión final puesto que perdona lo que jamás fue, y conduce más allá de la ilusión hacia la verdad de Dios.

INFIERNO: El cuadro ilusorio del ego de un mundo más allá de la muerte, el cual quiere castigarnos por nuestros pecados; el infierno es, pues, la culpa del pasado proyectada al futuro, pasando por alto el presente; también se usa para designar el sistema de pensamiento del ego.

INOCENCIA: Se utiliza ocasionalmente para referirse a Dios o a Sus atributos.

Mentalidad Errada: El rostro (cara) de inocencia que utiliza el ego para esconder su verdadera intención de atacar, y hacer a los demás culpables por haberle infligido sufrimiento a una víctima inocente.

Mentalidad Correcta: La corrección que le hace el Espíritu Santo a nuestra creencia en la pecaminosidad; conciencia de nuestra inocencia y pureza como Hijo de Dios nos es devuelta por medio del perdón de nuestra culpa y el logro de la percepción verdadera.

INSTANTE SANTO: El intervalo fuera del tiempo en el cual escogemos el perdón en vez de la culpa, el milagro en vez del agravio, el Espíritu Santo en vez del ego; la expresión de nuestra pequeña disposición (pequeña dosis de buena voluntad) para vivir en el presente, el cual se abre hacia la eternidad, en lugar de aferrarnos al pasado y temerle al futuro, que nos mantiene en el infierno; también se utiliza para señalar el instante santo final, el mundo real, la culminación de todos los instantes santos que hemos escogido a lo largo del camino.

INVULNERABILIDAD: Nuestro estado natural como el Hijo de Dios; puesto que nuestro estado natural es espíritu y no el cuerpo, nada del mundo del ego puede hacernos daño; el reconocimiento de nuestra invulnerabilidad se convierte en la base de nuestra indefensión, la condición para que perdonemos.

IRA: Ver ataque.

JESÚS: La fuente del Curso, su primera persona o "Yo"; el primero que completó su parte en la Expiación, lo cual lo capacitó para que se hiciera cargo de todo el plan; al trascender su ego, Jesús se ha identificado con Cristo y ahora puede servir como nuestro modelo para aprender y ser la ayuda siempre presente cuando lo invocamos en nuestro deseo de perdonar.

Nota: No debe identificarse exclusivamente con Cristo, la Segunda Persona de la Trinidad.

JUGUETES: Símbolo del mundo del pecado, y el cual refleja su inherente carencia de significado y su inocuidad, a pesar de su aparente solidez y fortaleza.

JUICIO: Estrictamente hablando Dios no juzga, puesto que lo que El crea es perfecto y uno con El; la referencia que hace el Curso al Juicio de Dios refleja Su reconocimiento de Su Hijo como Hijo Suyo, amado para siempre y uno con El.

Mentalidad Errada: Condenación, mediante la cual se separa a la gente entre los que deben odiarse y los que deben "amarse", un juicio que siempre se basa en el pasado.

Mentalidad Correcta: Visión, mediante la cual vemos a la gente expresando amor o pidiendo amor, un juicio inspirado por el Espíritu Santo y el cual siempre se basa en el presente.

Vea: Juicio Final.

JUICIO FINAL:

Conocimiento: Se contrasta con el punto de vista cristiano tradicional sobre el juicio y el castigo para reflejar la amorosa relación de Dios con todos Sus Hijos: Su Juicio Final.

Percepción Verdadera: Se contrasta con el punto de vista cristiano tradicional del juicio y del castigo y se equipara con el fin de la Expiación cuando, después de la Segunda Venida (Segundo Advenimiento), se hace la última distinción entre la verdad y la ilusión, se deshace toda la culpa, y se nos devuelve nuestra consciencia como Cristo-el Hijo del Dios vivo.

JUSTICIA: La corrección que le hace el Espíritu Santo a la injusticia del mundo; la creencia de que los Hijos de Dios son igualmente amados e igualmente santos y que deshace los juicios basados en la separación; el fin del sacrificio y de la creencia de que la ganancia de uno es la pérdida de otro; se conoce como "la roca sobre la cual descansa la salvación."

“LAS IDEAS NO ABANDONAN SU FUENTE”: La expresión de la ley de causa y efecto, puesto que causa y efecto no pueden separarse: una idea no puede abandonar la fuente que la pensó.

Conocimiento: La extensión del Pensamiento de Dios, Su Hijo, jamás ha abandonado su Fuente, puesto que lo que es de Dios jamás puede separarse de Él.

Percepción: El mundo de la separación jamás ha abandonado su fuente en la mente separada, aunque el mundo parece ser externo a la mente; así pues, no hay mundo material, sólo existe una ilusión proyectada de un mundo.

Mentalidad Errada: La proyección de la culpa de nuestras mentes por medio del ataque refuerza la presencia de la misma en la mente que la pensó.

Mentalidad Correcta: Extender el Amor del Espíritu Santo a través del perdón -ver el Espíritu Santo en otros- aumenta la consciencia de Su amorosa Presencia en nosotros mismos.

LEYES DE DIOS: Los principios que expresan la existencia de Dios y la extensión de Su Reino.

Conocimiento: Incluyen creación, amor, verdad y vida eterna.

Percepción Verdadera: Reflejadas en este mundo como el perdón, el milagro, la curación (sanación) y la libertad, en contraste con las leyes del ego de proyección, especialismo, sufrimiento y muerte -las leyes de caos-.

LIBRE ALBEDRÍO (I): Existe únicamente en el mundo ilusorio de la percepción, donde parece que el Hijo de Dios tiene el poder de separarse de Dios; puesto que en el nivel perceptual escogimos estar separados, también podemos escoger cambiar de idea; esta libertad de elección -entre mentalidad errada y mentalidad correcta- es la única libertad posible en este mundo; en el estado no-dualista de perfecta unidad del Cielo, no puede existir el escoger, y por lo tanto el libre albedrío, tal como lo entendemos generalmente, en realidad no tiene significado alguno.

Nota: No debe confundirse con "libertad de la voluntad", la cual refleja que la Voluntad de Dios no puede ser aprisionada por el ego, y por lo tanto tiene que permanecer libre para siempre.

LIBRE ALBEDRÍO (II): Un aspecto de nuestro libre albedrío dentro de la ilusión: somos libres para creer qué es la realidad, pero puesto que la realidad fue creada por Dios no somos libres para cambiarla en forma alguna; nuestros pensamientos no afectan la realidad, pero sí afectan lo que creemos y experimentamos como realidad.

LIRIOS (AZUCENAS): El símbolo que utiliza el Curso para el perdón y la inocencia del Hijo de Dios; el regalo de perdón que nos ofrecemos unos a otros, en contraste con el regalo del ego de espinas (ataque, crucifixión).

LUZ:

Conocimiento: Metáfora que se usa para describir la esencia del espíritu -Dios y Cristo-.

Percepción Verdadera: Metáfora que describe la visión de Cristo, o el perdón, el cual nos une en relaciones santas y remueve los tenebrosos velos de culpa que nos mantienen arraigados en el sueño del ego.

Vea: Traer la oscuridad (ilusiones) a la luz (verdad), Grandes Rayos.

MAESTROS DE DIOS: En el instante en que decidimos unirnos con otro, una decisión de unirnos a la Expiación, nos convertimos en maestros de Dios; al enseñar la lección de perdón del Espíritu Santo, la aprendemos para nosotros mismos, y reconocemos que nuestro Maestro es el Espíritu Santo, Quien enseña a través de nosotros por medio de nuestro ejemplo de perdón y de paz; también se le conoce como "obrador de milagros", "mensajero" y "ministro de Dios"; se usa como sinónimo para los estudiantes de Un curso de Milagros.

MAGIA: El intento de resolver un problema donde no está, i.e., tratar de resolver un problema de la mente por medio de medidas físicas o "insensatas": la estrategia del ego de mantener el verdadero problema -la creencia en la separación- alejado de la Respuesta de Dios; la culpa se proyecta sobre otros fuera de nuestras mentes (ataque) o sobre nuestros cuerpos (enfermedad) y buscamos resolverla allí, en vez de permitir que el Espíritu Santo la deshaga en nuestras mentes; también se conoce como "falsa curación (sanación)" en "The Song of Prayer."

MEDIO-FIN: A pesar de la multitud de medios que hay en el mundo, sólo permanecen dos medios o metas: la verdad o la ilusión; el cuerpo puede servirle a cualquiera de esos dos fines, de acuerdo con lo que elija la mente.

Mentalidad Errada: El cuerpo se utiliza como el medio que origina la meta del pecado o la culpa, y que refuerza la ilusión a través de la relación especial.

Mentalidad Correcta: El cuerpo se utiliza como un medio para lograr la meta del perdón, lo cual nos conduce hacia la verdad a través de la relación santa.

MEDITACIONES INSENSATAS (INSENSATECES): Se usa a menudo para designar los intentos del ego de entender ideas del mundo del conocimiento que están más allá de su comprensión; ocasionalmente se utiliza para referirse a los esfuerzos por entender el sistema de pensamiento del ego.

MEMORIA DE DIOS: La etapa final de la Expiación, que sigue al haber visto el rostro (faz) de Cristo en todos nuestros hermanos y que precede al paso final, el cual toma Dios Mismo; recordamos a Dios a través del perdón, el cual deshace todas las creencias en la separación que nos obscurecían Su Presencia.

MENTALIDAD CORRECTA: La parte de nuestras mentes separadas que contiene al Espíritu Santo la Voz del perdón y la razón; repetidamente se nos pide que escojamos ésta en lugar de la mentalidad errada, que sigamos la dirección del Espíritu Santo en vez de la del ego, y que de ese modo regresemos a la Mentalidad-uno de Cristo.

MENTALIDAD ERRADA: La parte de nuestras mentes separadas y divididas que contiene al ego-la voz del pecado, la culpa, el miedo y el ataque; constantemente se nos pide que elijamos la mentalidad correcta en vez de la mentalidad errada, la cual nos aprisiona aun más en el mundo de la separación.

MENTALIDAD UNO: La Mente de Dios o de Cristo; la extensión de Dios que es la Mente unificada de la Filiación; puesto que trasciende tanto la mente correcta como la mente errada, existe solamente en el nivel del conocimiento y del Cielo.

MENTE:

Conocimiento: El agente activado del espíritu, del cual es equivalente aproximado, y al cual le proporciona su energía creadora.

Percepción: El agente de selección; somos libres de creer que nuestras mentes pueden apartarse o separarse de la Mente de Dios (mentalidad errada), o que pueden regresar a ella (mentalidad correcta); así pues, se puede entender que la mente dividida tiene tres partes: la mente errada, la mente correcta y la parte de la mente (tomador de decisiones) que escoge entre ellas; no debe confundirse con el cerebro, el cual es un órgano físico y por consiguiente un aspecto de nuestro ser corporal.

Vea: Mente de Dios.

MENTE DE DIOS: Equiparada con la función creativa de Dios la cual representa el agente activado del espíritu, y al cual le proporciona su energía creadora; como una extensión de Dios, la Mente de Cristo -el Pensamiento de Dios- comparte en los atributos de la Mente de Dios Mentalidad-uno; después de la separación, la Mente de Cristo pareció dividirse en dos: Mente y mente.

MIEDO: La emoción del ego, la cual contrasta con el amor, que fue la emoción que Dios nos dio; el miedo se origina en el esperado castigo por nuestros pecados, que demanda nuestra culpa; el terror que resulta de lo que creemos nos merecemos y que nos lleva a defendernos -por medio de la dinámica de proyección del ego- atacando a los demás, lo cual simplemente refuerza nuestra sensación de vulnerabilidad y de miedo, y establece un círculo vicioso de miedo y defensa.

MILAGRO: El cambio de idea que modifica nuestra percepción del mundo del ego de pecado, culpa y miedo al mundo de perdón del Espíritu Santo; invierte la proyección al devolverle a la mente su función causativa, lo cual nos permite escoger de nuevo; trasciende las leyes de este mundo para reflejar las leyes de Dios; se logra al unirnos con el Espíritu Santo o Jesús, y es el medio para sanar nuestra propia mente y las mentes de otros.

Nota: No debe confundirse con el concepto tradicional de los milagros como cambios en los fenómenos externos.

MIRAR EL EGO: La esencia del perdón; mirar nuestro sistema de pensamiento egoísta con la bondad sin enjuiciamiento y la paciencia del Espíritu Santo o Jesús; puesto que la culpa es lo que nos impide mirar nuestro especialismo, apoyando así al ego y ocultando su verdadera naturaleza, el mirar nuestros pensamientos de ataque sin juzgarlos, es lo que deshace al ego: así pues, mirar el ego sin que sintamos culpa y miedo es la esencia de la Expiación.

Vea: Traer la obscuridad (ilusiones) a la luz (verdad).

MUERTE:

Mentalidad Errada: El testigo último de la aparente realidad del cuerpo y de que nos separamos de nuestro Creador, Que es la vida; si el cuerpo muere entonces tiene que haber vivido, lo cual significa que su hacedor -el ego- tiene que ser real y tener vida además; también el ego lo concibe como el máximo castigo por el pecado de habernos separado de Dios.

Mentalidad Correcta: El tranquilo abandonar del cuerpo después de que éste ha cumplido su propósito como instrumento de enseñanza.

MUNDO: El efecto de la creencia del ego en la separación, la cual es su causa; es dar forma al pensamiento de separación y ataque a Dios; puesto que es la expresión de la creencia en el tiempo y el espacio, no fue creado por Dios, Quien trasciende el tiempo y el espacio totalmente; a menos que se refiera específicamente al mundo del conocimiento, mundo sólo se refiere a la percepción, el mundo de la post-separación del ego.

Mentalidad Errada: Una prisión de separación que refuerza la creencia del ego en el pecado y la culpa, y perpetúa la aparente existencia de este mundo.

Mentalidad Correcta: Un salón de clases donde aprendemos nuestras lecciones de perdón, el mecanismo de enseñanza del Espíritu Santo para ayudarnos a trascender el mundo: así el propósito del mundo es enseñarnos que no hay mundo.

Vea: Mundo real.

MUNDO REAL: El estado mental en que, por medio del perdón total, el mundo de la percepción se libera de la proyección de la culpa que habíamos puesto sobre él; así pues, es la mente la que tiene que cambiarse, no el mundo, y vemos a través de la visión de Cristo la cual bendice en vez de condenar; el sueño feliz del Espíritu Santo; el fin de la Expiación, que deshace nuestros pensamientos de separación y permite que Dios de el paso final.

NAVIDAD: La fiesta con que se conmemora el nacimiento tradicional de Jesús; se utiliza como símbolo del renacer de Cristo en nosotros mismos: "la hora (tiempo) de Cristo."

NEGACIÓN:

Mentalidad Errada: Evitar la culpa por medio de empujar fuera de nuestra consciencia la decisión que la hizo, lo cual la hace inaccesible a la corrección o a la Expiación; equivalente aproximado de la represión; protege la creencia del ego de que él, y no Dios, es nuestra fuente.

Mentalidad Correcta: Se utiliza para negar el error y afirmar la verdad: para negar "la negación de la verdad."

NIÑO (CRIATURA): Metáfora que describe la "poca sabiduría" de los Hijos separados, quienes son como niñitos que no comprenden el mundo, y por lo tanto necesitan que su hermano mayor, Jesús, les enseñe a distinguir lo que es verdadero de lo que es falso, el mundo de la realidad del mundo de la fantasía; si fuésemos adultos espiritualmente adelantados no necesitaríamos la ayuda que provee Un curso de milagros.

“NO HACER EL ERROR REAL”: Uno de los elementos clave en el plan de perdón del Espíritu Santo, el cual corrige el plan del ego de hacer real el error y que inevitablemente nos conduce a erigir defensas en contra suya debido al miedo, o a perdonar falsamente; el verdadero perdón, por otra parte, reconoce el error como un pedido de amor y de corrección; hacer el error real, como cuando empatizamos falsamente con otro, o mágicamente esperamos resolver un problema externo, nos arraiga más profundamente en el sistema de pensamiento del ego, mientras que ver todos los problemas o formas de sufrimiento como reflejos externos de la culpa interna permite que ocurra la verdadera curación de la mente.

“NO HAY ORDEN (GRADOS) DE DIFICULTAD EN LOS MILAGROS”: El primer principio de los milagros; algo es o cierto o falso, sin que existan niveles reales dentro de cada categoría; no hay orden (grados) de dificultad en la corrección de las ilusiones puesto que éstas son igualmente irreales, y sólo se requiere el cambio de la ilusión a la verdad; de igual manera, no hay orden (grados) de dificultad en la curación puesto que cualquier forma de enfermedad (ilusión), aun la muerte misma, se deshace en la mente -donde en verdad radica- cuando se trae a la verdad allí; la corrección de la primera ley de caos del ego: hay una jerarquía de ilusiones.

NOMBRE DE DIOS: Utilizado como un símbolo para designar la Identidad de Dios, Cuyo Ser compartimos como Hijo Suyo; el símbolo de la santidad de Dios, que también es nuestra.

ORACIÓN: Pertenece al mundo de la percepción, tal como se entiende popularmente, puesto que le pedimos a Dios algo que creemos que necesitamos; nuestra única verdadera oración, por otra parte, es por el perdón, ya que éste nos devuelve la consciencia de que ya tenemos lo que necesitamos; tal como se utiliza en el Curso mismo, no incluye las experiencias de comunión con Dios que nos llegan durante los períodos de quietud o meditación; se compara con una escalera en "The Song of Prayer" (El himno de oración), y se enfatiza tanto el proceso del perdón como la comunión entre Dios y Cristo, la Canción que es el final mismo de la escalera.

PALABRA DE DIOS: La "respuesta" de Dios a la separación; usada diversamente para diferentes aspectos de esta respuesta: e.g., perdón, paz, Expiación y Espíritu Santo.

Nota: No se refiere a Jesús o Cristo, como sucede en la Biblia.

PASCUA: Día de fiesta en que se conmemora la resurrección de Jesús; puesto que la resurrección simboliza la trascendencia del ego en la cual se supera la muerte, la Pascua se utiliza como un símbolo de que el Hijo de Dios ofrece y acepta la redención (o la trascendencia del ego) por medio del perdón.

PASO FINAL (ÚLTIMO PASO): Este paso, que Le pertenece a Dios, ocurre cuando la Expiación se ha consumado y todas las interferencias del ego se han eliminado; cuando no quede nada que nos separe de Dios, Él da el paso final y nos alza hacia Sí Mismo; estrictamente hablando Dios no da pasos, y el término en realidad se refiere a nuestra experiencia de regresar a nuestra Fuente Que jamás abandonamos verdaderamente.

PAZ: La meta del Curso; la condición para el logro del conocimiento y el regreso a casa; oculta por cuatro obstáculos -nuestra atracción al ataque (culpa), el dolor, la muerte y el miedo a Dios- los cuales se superan al enseñar y aprender el perdón.

PECADO: La creencia en la realidad de nuestra separación de Dios, la cual el ego considera como un acto imposible de corregir porque representa el ataque a nuestro Creador, Quien como consecuencia jamás nos perdonaría; esta creencia nos lleva a la culpa, la cual exige castigo; es equivalente a la separación, y es el concepto central en el sistema de pensamiento del ego, del cual lógicamente surgen todos los otros; para el Espíritu Santo, es un error en nuestro pensamiento que debe corregirse y por consiguiente olvidarse y sanarse.

PENSAMIENTOS DE DIOS:

Conocimiento: La extensión no espacial de la Mente de Dios o espíritu; incluye a toda la creación, a nuestro verdadero Ser así como a nuestras creaciones; al ser parte de Dios, Sus Pensamientos comparten en Sus atributos; unificado, eterno, informe, creativo e inmutable.

Percepción Verdadera: Raramente se utiliza para referirse a pensamientos del mundo real; e.g., paz, salvación, curación (sanación) y el milagro.

PERCEPCIÓN:

Nivel I: El mundo dualista de forma y de diferencias que surgió después de la separación, mutuamente excluyente del mundo no dualista del conocimiento; este mundo surge de nuestra creencia en la separación y no tiene realidad fuera de este pensamiento.

Nivel II: Procede de la proyección: lo que vemos internamente determina lo que vemos fuera de nosotros; crucial para la percepción, por lo tanto, es nuestra interpretación de la "realidad", en vez de lo que parece ser objetivamente real.

Mentalidad Errada: La percepción de la culpa y del pecado refuerza la creencia en la realidad de la separación.

Mentalidad Correcta: La percepción de oportunidades para perdonar sirve para deshacer la creencia en la realidad de la separación.

Vea: Percepción Verdadera.

PERCEPCIÓN VERDADERA: Ver a través de los ojos de Cristo, la visión del perdón que corrige las percepciones falsas de separación del ego al reflejar la verdadera unidad del Hijo de Dios; no debe equipararse con la visión física, es la actitud que deshace las proyecciones de culpa, y nos permite contemplar el mundo real en lugar del mundo de pecado, miedo, sufrimiento y muerte.

Vea: Percepción.

PERDÓN: Mirar nuestro especialismo en unión del Espíritu Santo o de Jesús, sin culpa o sin juicio; nuestra función especial la cual cambia la percepción que tenemos de otro como "enemigo" (odio especial) o como "ídolo-salvador" (amor especial) a una percepción de hermano o amigo, y le quita todas las proyecciones de culpa; la expresión del milagro o visión de Cristo, que ve a toda la gente unida en la Filiación de Dios, y que mira más allá de las aparentes diferencias que reflejan la separación: así pues, el percibir el pecado como real hace imposible el verdadero perdón; el perdón reconoce que lo que pensamos que nos hicieron nos lo hicimos nosotros mismos, puesto que somos responsables de nuestros guiones, y por lo tanto sólo nosotros podemos privarnos de la paz de Dios: así pues, perdonamos a los demás por lo que no nos han hecho, no por lo que han hecho.

PERIODOS DE INESTABILIDAD: Nuestra culpa y nuestro miedo no pueden deshacerse sin que los resolvamos a través de las oportunidades para perdonar que utiliza el Espíritu Santo; este mirar con honradez dentro de nuestras mentes acompañados por el Espíritu Santo o Jesús -un proceso contra el cual el ego nos aconseja- es lo que nos lleva a estos períodos de incomodidad y de ansiedad que inevitablemente sentimos en el proceso de cambiar de la mentalidad errada a la mentalidad correcta.

PREGUNTAS: El Curso presenta nuestra decisión básica de elegir entre Dios y el ego en forma de distintas preguntas.

PRINCIPIO DE ESCASEZ: Un aspecto de la culpa; la creencia de que estamos vacíos e incompletos, y que carecemos de lo que necesitamos; esto nos lleva a la búsqueda de ídolos o relaciones especiales para llenar la escasez que experimentamos dentro de nosotros mismos; inevitablemente la proyectamos en sentimientos de privación, por lo que creemos que otros nos despojan de la paz que en realidad nosotros mismos nos hemos arrebatado; contrasta con el principio de abundancia de Dios.

PROCESO: Un curso de milagros enfatiza que en el sueño de la separación el perdón ocurre con el tiempo, y es por lo tanto un proceso de crecimiento; nuestro miedo al Amor de Dios es tan grande que nos aferramos a nuestro especialismo como protección, y de ese modo aprendemos suavemente y pacientemente que la culpa y el ataque del ego refuerzan el dolor, mientras que el perdón del Espíritu Santo nos conduce a la dicha.

Vea: Períodos de inestabilidad.

PROYECCIÓN: La ley fundamental de la mente: la proyección hace la percepción -lo que vemos internamente determina lo que vemos fuera de nuestras mentes-.

Mentalidad Errada: Refuerza la culpa al desplazarla sobre algún otro, al atarla allí y negar su presencia en nosotros; un intento de desviar sobre los otros nuestra responsabilidad por la separación.

Mentalidad Correcta: El principio de extensión, el cual permite que el perdón del Espíritu Santo se extienda (proyecte) a través de nosotros.

PUENTE: Símbolo que representa la transición de la percepción al conocimiento, por lo cual a menudo se equipara con el Espíritu Santo, el mundo real y con el paso final de Dios; también se usa para referirse al cambio de la falsa percepción a la verdadera percepción y al mundo real.

RAZÓN: Mentalidad correcta; pensar de acuerdo con el Espíritu Santo, al elegir seguir Su dirección, aprender Sus lecciones de perdón, ver impecabilidad más bien que pecado, y escoger la visión en vez del juicio.

Nota: No debe confundirse con racionalismo.

REGALO (DON): Los regalos de Dios son amor, vida y libertad, los cuales jamás nos pueden ser arrebatados, aun cuando se pueden negar en el sueño de este mundo.

Mentalidad Errada: Los regalos del ego son el miedo, el sufrimiento y la muerte, aunque a menudo no los reconocemos por lo que son; los regalos del ego son "comprados" por medio del sacrificio.

Mentalidad Correcta: Los regalos de Dios son traducidos por el Espíritu Santo en perdón y gozo, los cuales se nos dan en la medida que los damos a otros.

Vea: Dar-recibir.

REINO DE DIOS: Vea Cielo.

RELACIÓN SANTA: El medio que utiliza el Espíritu Santo para deshacer la relación profana (no santa) o especial y que cambia la meta de la culpa hacia la meta del perdón o de la verdad; el proceso del perdón por medio del cual alguien que ha percibido a otro como separado se une con él en su mente a través de la visión de Cristo.

RELACIONES ESPECIALES: Relaciones sobre las cuales proyectamos la culpa, y que utilizamos como substitutos del amor y de nuestra relación con Dios; las defensas que refuerzan la creencia en el principio de escasez mientras aparentan estar deshaciéndola -dan lugar a lo que quieren defender- puesto que las relaciones especiales intentan llenar la carencia que percibimos en nosotros mismos al quitarle a los otros a quienes inevitablemente vemos como separados, reforzando así una culpa que finalmente procede de nuestra imaginada separación de Dios: el pensamiento de ataque que es la fuente original de nuestro sentimiento de escasez; todas nuestras relaciones en este mundo comienzan como relaciones especiales puesto que comienzan con la percepción de separación y diferencias, la cual debe entonces corregir el Espíritu Santo a través del perdón, para convertirla en una relación santa; el especialismo tiene dos formas: el odio especial justifica la proyección de la culpa por medio del ataque; el amor especial esconde el ataque en la ilusión del amor, donde creemos que nuestras necesidades especiales las llenan personas especiales con atributos especiales, por lo cual las amamos: en este sentido, el amor especial es el equivalente aproximado de la dependencia, la cual engendra desprecio u odio.

RESPUESTA: Vea Espíritu Santo.

RESURRECCIÓN: El despertar del sueño de la muerte; el total cambio de pensamiento que trasciende al ego y su percepción del mundo, del cuerpo y de la muerte, y que nos permite identificarnos completamente con nuestro verdadero Ser; también se refiere a la resurrección de Jesús.

REVELACIÓN: La comunicación directa de Dios hacia Su Hijo la cual refleja la forma original de comunicación presente en nuestra creación; procede de Dios hacia Su Hijo, pero no es recíproca; un breve retorno a este estado es posible en este mundo.

RISA (SONRISA): El Curso nos pide que no tomemos en serio al ego y su mundo, pues esto los hace reales en nuestras mentes; más bien, nos exhorta a que nos riamos dulcemente del sistema de pensamiento del ego y de sus aparentes consecuencias, y que nos acordemos al fin de reímos de la "diminuta, alocada idea."

ROSTRO (FAZ DE CRISTO): Símbolo del perdón; el rostro (la faz) de la verdadera inocencia que se ve en otro cuando miramos a través de la visión de Cristo, libre de nuestras proyecciones de culpa; así pues, es la extensión hacia otros de la inocencia que vemos en nosotros mismos, independiente de lo que ven nuestros ojos físicos.

Nota: No debe confundirse con el rostro de Jesús, ni con nada externo.

SACRIFICIO: Una creencia central en el sistema de pensamiento del ego: alguien tiene que perder si otro ha de ganar; el principio de renunciar para recibir (dar para obtener); e.g., para recibir el Amor de Dios debemos pagar un precio, generalmente en la forma de sufrimiento para expiar nuestra culpa (pecado); para recibir el amor de otro, tenemos que pagarlo a través del convenio del amor especial; es lo opuesto del principio de salvación o justicia: nadie pierde y todos ganan.

SALVACIÓN: La Expiación, o el deshacimiento de la separación; estamos "salvados" de nuestra creencia en la realidad del pecado y la culpa a través del cambio de idea que el perdón y el milagro originan.

SEGUNDA VENIDA (SEGUNDO ADVENIMIENTO): La curación (sanación) de la mente de la Filiación; el retorno colectivo a la conciencia de nuestra realidad como el Hijo uno de Dios, la cual tuvimos en nuestra creación, la Primera Venida; precede al Juicio Final, después del cual este mundo de ilusión se termina.

SEPARACIÓN: La creencia en el pecado que afirma una identidad separada de nuestro Creador; pareció ocurrir una vez, y el sistema de pensamiento que surgió de esa idea está representado por el ego; ha tenido como resultado, un mundo de percepción y de forma, de dolor, sufrimiento y muerte, real en el tiempo, pero desconocido en la eternidad.

SER: Nuestra verdadera Identidad como el Hijo de Dios; sinónimo de Cristo, la Segunda Persona de la Trinidad, y la cual contrasta con el falso ser, el ego, que hicimos como substituto de la creación de Dios; raramente usado para referirse al Ser de Dios.

“SOY TAL COMO DIOS ME CREÓ”: Una expresión del principio de la Expiación; la afirmación que reconoce que la separación de Dios jamás ocurrió en realidad; la negación de este principio refuerza la creencia en nuestro ego o falso ser y en el cuerpo; el aceptar esta afirmación sana la separación y nos devuelve la consciencia de nuestra verdadera Identidad como el Hijo de Dios, nuestro Ser.

SUEÑO (ESTAR DORMIDO): Generalmente designa el estado de separación de Dios, en Quien permanecemos despiertos como Cristo; nuestras experiencias dentro del sistema de pensamiento del ego constituyen nuestros sueños de especialismo, en los cuales creemos que hemos logrado lo imposible al separarnos de nuestro Creador; usado con menor frecuencia en el sentido popular del sueño físico, donde se enfatiza que no hay diferencia entre nuestros sueños al dormir por la noche y nuestros sueños "despiertos" durante el día.

Vea: Sueños.

SUEÑOS: El estado de la post-separación en el cual el Hijo de Dios sueña con un mundo de pecado, culpa y miedo y cree que ésta es la realidad y que el Cielo es el sueño; el Hijo, que es el soñador, es la causa del mundo el cual es el efecto, aun cuando esta relación entre causa y efecto parece que está invertida en este mundo, donde parece que nosotros somos el efecto o la víctima del mundo; ocasionalmente se usa para referirse a sueños en el sueño, aunque no hay diferencia real entre ellos y el soñar despierto, porque ambos son parte del mundo ilusorio de la percepción.

Vea: Sueño feliz y sueño (estar dormido)

SUEÑO FELIZ: La corrección que le hace el Espíritu Santo al sueño de dolor y sufrimiento del ego; aunque ilusorio aún, el sueño feliz nos conduce más allá de todas las otras ilusiones hacia la verdad; es el sueño de perdón en el cual se ve al fin el mundo real y se logra la salvación.

SUFRIMIENTO: Uno de los testigos básicos del ego para la realidad del cuerpo y de la inexistencia del espíritu, puesto que el cuerpo parece experimentar sufrimiento o dolor; tener dolor, por lo tanto, es negar a Dios, mientras que tener consciencia de nuestra verdadera invulnerabilidad como el Hijo de Dios es negar la realidad del dolor.

Nota: Sufrimiento y dolor se usan como virtuales sinónimos.

Vea: Enfermedad.

TENER-SER: Estado del Reino donde no existe distinción entre lo que tenemos y lo que somos; una expresión del principio de abundancia: todo lo que tenemos proviene de Dios y jamás puede perderse o necesitarse, y el cual incluye nuestra Identidad como Hijo Suyo; una parte integrante de las tres "Lecciones del Espíritu Santo."

TENTACIÓN: Vernos a nosotros mismos o a otros como egos o cuerpos, y negar nuestra verdadera Identidad como Cristo al desear hacer las ilusiones reales.

TIEMPO: Parte integrante del mundo ilusorio de la separación del ego, en contraste con la eternidad, la cual existe sólo en el Cielo; a pesar de que el tiempo parece ser lineal, el mismo está contenido en un instante diminuto que ya ha sido corregido y deshecho por el Espíritu Santo, y en verdad jamás ocurrió.

Mentalidad Errada: El medio para mantener el ego al preservar los pecados del pasado por medio de la culpa, la cual se proyecta al futuro por miedo al castigo, y pasa por alto el presente que es la aproximación más cercana a la eternidad.

Mentalidad Correcta: El medio para deshacer el ego al perdonar el pasado a través del instante santo, el instrumento de los milagros; cuando se complete el perdón, el mundo del tiempo habrá cumplido el propósito del Espíritu Santo y sencillamente desaparecerá.

TRAER LA OSCURIDAD (ILUSIONES) A LA LUZ (VERDAD): El proceso por medio del cual se deshace la negación y la disociación, al expresar la decisión de traer nuestra culpa hasta la luz del Espíritu Santo para mirarla y perdonarla, en vez de mantenerla, por temor, en la oscuridad de nuestras mentes inconscientes donde jamás puede verse y deshacerse; el vivir de ilusiones provoca enfermedad y dolor, el traerlas a la verdad constituye la curación y la salvación.

TRINIDAD: La unidad de Sus Niveles no se puede entender en este mundo; consiste de 1) Dios, el Padre y Creador, 2) Su Hijo, Cristo, nuestro verdadero Ser, Que incluye a nuestras creaciones y 3) el Espíritu Santo, la Voz por Dios.

UN CURSO DE MILAGROS: Frecuentemente el Curso se refiere a sí mismo; su meta no es el amor o Dios, sino el deshacimiento, a través del perdón, de las interferencias de la culpa y del miedo que impiden nuestra aceptación de El; su centro de interés, por lo tanto, es el ego y el deshacimiento de éste, más bien que Cristo o el espíritu.

“UNA PEQUEÑA DOSIS DE BUENA VOLUNTAD”: Esto, junto con el Espíritu Santo, es todo lo que requiere la Expiación; nuestro ego parece hacer imposible el deshacimiento de la culpa, y por nuestra cuenta sería imposible, pero la buena voluntad de perdonar permite que el Espíritu Santo la deshaga por nosotros; mirar nuestra culpa sin juzgarnos, o mirar nuestra culpa con el Espíritu Santo junto a nosotros.

UNIDAD (UNICIDAD):

Conocimiento: La realidad de Dios y Cristo, Cuya perfecta unidad constituye el Cielo.

Percepción: Se refleja en el mundo por medio del perdón, el deshacimiento de nuestra creencia en intereses separados; el unirnos con los demás, a través del deshacimiento de nuestros pensamientos de especialismo es sencillamente la aceptación de nuestra unidad (unicidad) inherente como el Hijo de Dios; el compartir este propósito del perdón es nuestra sola y única función, la cual refleja nuestra función de crear en el Cielo.

Vea: Mentalidad-uno.

UNIÓN: A pesar del sueño de separación, los Hijos de Dios permanecen unidos unos con otros como Cristo, y unidos con Dios en perfecta unidad; sin embargo, puesto que todos compartimos la ilusión de que estamos separados, primero debemos compartir la ilusión de unirnos unos con otros, lo cual refleja el proceso del perdón que ocurre en nuestras mentes; sólo entonces podemos despertar y recordar que ya estamos unidos; unirnos con Jesús o el Espíritu Santo es el pre-requisito para la unión con nuestros hermanos.

Nota: No debe confundirse con la unión externa.

VERDAD-ILUSIÓN: Algo es o verdadero o falso, realidad o ilusión; no puede haber componenda: o somos creados por Dios o hechos por el ego; este principio explica por qué no hay grados de dificultad en los milagros, puesto que todo lo que se necesita para sanar o para que ocurra el milagro es cambiar de las ilusiones del ego a la verdad del Espíritu Santo.

VISIÓN: La percepción de Cristo o del Espíritu Santo que mira más allá del cuerpo hacia el espíritu que es nuestra verdadera Identidad; la visión del perdón y de la impecabilidad a través de la cual se ve el mundo real; puramente interna, y refleja una decisión de aceptar la realidad en vez de juzgarla; un cambio de actitud del propósito que tiene el ego para el cuerpo (especialismo) al propósito del Espíritu Santo (perdón), por lo que no debe equipararse con la visión física.

VOLUNTAD DE DIOS: La expresión del ser de Dios, la cual sólo crea; aunque parece estar dividida por la separación y los deseos del ego, su integridad y su unidad con la voluntad de la Filiación permanece inalterada e intacta.

VOZ POR DIOS: Vea Espíritu Santo.

Entrevista a William N. Thetford, PH D

Entrevista con William N. Thetford, Ph D
Revista “Nuevas Realidades”: Septiembre / Octubre 1984, obtenido en http://www.miracleshome.org/


Bill Thetford fue uno de los dos primeros estudiantes de Un Curso de Milagros, y ayudó a presentarlo al mundo para que la gente pudiera usarlo como medio para recordar a Dios. Bill era una persona muy sincera y razonable, y sin embargo, no se ha escrito mucho sobre este magnífico testigo del Amor de Dios.

Una franca conversación exclusivamente para nosotros con una de las dos “personalidades ocultas” detrás de la manifestación de uno de los sistemas de pensamiento más enigmáticos y profundos del siglo – Un Curso de Milagros. Quién fue una vez un agnóstico confeso, ahora el Dr, Thetford habla abiertamente de su papel secreto como redactor del Curso, y de la manera en que esto le afectó en su persona y en su trabajo en psicología, así como en las posiciones de prestigio que ocupó como profesor de Psicología Médica en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, y como Director del Departamento de Psicología del Hospital Presbiteriano de la ciudad de Nueva York.

NR: Como una de las dos personas responsables de la redacción de “Un Curso de Milagros”, ¿qué impacto tuvo éste en su vida?

WT: La ha cambiado totalmente. Recuerdo haber escrito a máquina los primeros cincuenta principios sobre milagros que nos llegaron a través de Helen Schucman en el otoño de 1965, y darme cuenta de que si este material era verdadero entonces absolutamente todo aquello en lo que creía debería ser cuestionado, y que debería reconstruir totalmente mi sistema de creencias. En ese entonces, sin embargo, pensé que eso sería imposible; No sabía cómo poder hacerlo. No obstante, sentía que sería un requisito que tendría que cumplir, ya que el material que llegaba a través de Helen en la fase inicial parecía demasiado auténtico y genuino. Por algún tiempo me sentí conmocionado; me preguntaba cómo sería posible llevar a cabo un cambio tan abrupto en mi percepción de la vida y del mundo. Más tarde me di cuenta de que Dios es misericordioso y no nos pide que hagamos cambios tan abruptamente, que habría tiempo suficiente para empezar gradualmente a cambiar mi percepción.

Creo que lo que fue importante fue mi disposición a cambiar, y no el dominio del material. Y, por supuesto, me mudé del medio de Manhattan, en donde había vivido durante veintitrés años a Tiburón, California, algo que nunca pensé que podría suceder. Me había acostumbrado a mi rutina de neoyorkino y sentía que la Gran Manzana era el centro del Universo, y el lugar al que pertenecía. Esa mudanza fue probablemente el shock cultural más grande que haya experimentado: hacer una transición abrupta de la confusión de una vida agitada en la ciudad de Nueva York a la tranquilidad de Tiburón, California. Eventualmente dejé también la vida académica. Primero retirándome de mi puesto como Director del departamento de Psicología del Centro Médico Presbiteriano de Columbia, y varios años más tarde retirándome de mi puesto como Profesor de Psicología Médica del Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia.

NR: ¿Eso fue para dedicarse por completo al Curso, o para dedicarse a otras cosas?

WT: Una combinación de ambas, creo. Después de veinte años en Columbia sentía que era tiempo de dejar la vida académica. Parecía natural irse cuando el Curso se publicara.

NR. ¿Cuál fue exactamente su rol en la redacción del Curso? ¿También usted escuchaba una voz?

WT. Tanto Helen como yo supimos desde un principio que esta era una misión en conjunto, aunque yo no escuchara la voz. Aunque Helen escuchaba el dictado interior, ella misma era incapaz de transcribir el material directamente, dado que el contenido del Curso le parecía demasiado amenazante. Mi papel era darle a Helen el considerable apoyo y tranquilidad que necesitaba cada día para continuar con la anotación taquigráfica en su cuaderno. Después me leía el material, y yo lo escribía directamente de su dictado.

NR. Dado que el Curso cuestionaba sus propias creencias y sistema de pensamiento, ¿porqué simplemente no lo rechazó, no lo descartó?

WT. Bueno, de hecho a veces mi intelecto se rebelaba. Pero yo era el que había pedido que hubiera “otra manera”, una mejor manera de relacionarnos, con respecto al contexto profesional extremadamente estresante en el que tratábamos de funcionar Helen y yo. Cuando empezó a llegar el material de Un Curso de Milagros fue obvio para mi que ésta era la respuesta a mi petición, muy claramente la respuesta. Así que rechazarlo o aún ignorarlo nunca fue algo que ni siquiera considerara hacer.

NR: Específicamente ¿qué acerca del Curso hizo que fuera obvio para usted que ésta era sin duda su respuesta?

WT: Quizá el hecho de que era tan completamente diferente de la forma en la que había estado actuando durante toda mi vida. Pero más que nada fue la autenticidad del material la que me impresionó. Sabía que Helen no lo había inventado, aún con su fértil imaginación.

NR: ¿La autenticidad?

WT: Bueno, el material era tal que trascendía cualquier cosa que tanto Helen como yo pudiéramos concebir. Y, dado que el contenido era totalmente ajeno a nuestra experiencia, intereses y formación, era obvio que provenía de una fuente inspirada. La calidad del material era muy convincente, y su belleza poética contribuía a su impacto.

NR: Parece muy inusual que usted, un reconocido psicólogo que ocupa dos puestos prestigiosos, siquiera considerara apoyar este tipo de material, si tenemos en cuenta su formación y los estrictos principios que rigen la vida académica, a los que sin duda usted se adhería.

WT: Creo que si no hubiera sido por muchas de las extraordinarias experiencias que ocurrieron durante el verano de 1965, ni Helen ni yo habríamos estado dispuestos a aceptar el material que ella escribía. Ustedes han relatado muchas de esas experiencias en estas páginas en la nota sobre el nuevo libro de Robert Skutch Journey without Distance, The Story behind A Course of Miracles. (“Viaje sin distancia. La historia detrás de Un Curso de Milagros”). Sin embargo, no informaron de nuestra experiencia asociada a la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota en su revista “New Realities”. Quizá más que ninguna otra, fue esta serie de eventos la que consolidó la dirección completamente nueva que seguiríamos.

NR: El evento de la Clínica Mayo ocurrió en Septiembre y ¿no es que el Curso no empezó hasta el siguiente mes de Octubre?

WT: Si. Se me había pedido que fuera a la Clínica Mayo y averiguara porqué ganaban dinero con el funcionamiento de su servicio psicológico, mientras que parecía que en el Presbiteriano de Columbia siempre perdíamos dinero. Pensaba que conocía la respuesta a esa pregunta porque nosotros veíamos en su mayoría a pacientes clínicos que no podían pagar los honorarios, y los pacientes de la Clínica Mayo pertenecían a la clase media o media alta y podían pagar. No obstante, parecía importante hacer este viaje y le pedí a Helen que me acompañara. Justo antes de salir –creo que fue la noche antes– Helen vió una imagen vívida de una iglesia, que me describió con gran detalle. Hasta me hizo un bosquejo de ella. Era una antigua iglesia con varias torretas y torres. Ella pensaba que probablemente era una iglesia luterana. Estaba convencida de que, de alguna manera veríamos la iglesia desde la ventanilla cuando fuéramos a aterrizar en Rochester. Eso, por supuesto, parecía bastante improbable, dado que los aeropuertos que conozco no están situados cerca de las iglesias. De todos modos nos mantuvimos muy atentos a lo que veíamos por las ventanas durante el aterrizaje, y para gran decepción y angustia de Helen no hubo tal iglesia a la vista.

De hecho, Helen estaba tan molesta de no encontrar su iglesia que yo no tenía muchas esperanzas de que pudiéramos llevar a cabo nuestro trabajo a menos que de alguna manera se tranquilizara. Urgido por las circunstancias le sugerí que alquiláramos un taxi para ver si podíamos encontrar su iglesia en alguna parte del área metropolitana de Rochester. Así que Helen y yo salimos en busca de iglesias. Al principio pensamos que nos limitaríamos a las iglesias luteranas. Creo que había dos, y ninguna se parecía ni remotamente a la imagen de Helen. Después decidimos que ya que estábamos podíamos muy bien ver todas las otras iglesias. Creo que había veintisiete en total en los alrededores de Rochester. Y ni una se parecía para nada a la imagen de Helen. Obviamente, Helen estaba desolada, pero tratamos de calmarnos dado que teníamos que trabajar al día siguiente.

El día después de que habíamos completado con éxito el trabajo encomendado, Helen y yo estábamos a punto de irnos al hotel. Bajé al lobby para esperarla con el equipaje, y al ver un kiosco de periódicos pensé en comprar uno. En cambio, vi un folleto llamado “Historia de la Clínica Mayo”. Como pensé que sería agradable tener un recuerdo de nuestra visita lo compré por un dólar.

Mientras lo hojeaba rápidamente vi una ilustración de la antigua iglesia de Helen, tal como ella me la había descrito con todas sus torretas y torres. Hasta era una iglesia luterana. El único problema era que había sido demolida, y de hecho la actual Clínica Mayo había sido construida en el lugar que había ocupado la iglesia. Fue muy impresionante y estaba ansioso por compartirlo con Helen. Cuando bajó le dije apresuradamente: “Helen, después de todo no estabas loca en absoluto. Tu iglesia estuvo aquí pero ya no lo está. Cuando pensabas que estabas mirando hacia abajo como desde un avión, en realidad estabas mirando hacia atrás en el tiempo”.

Helen manifestó una rara mezcla de emociones. Por un lado, alivio de que no estaba totalmente loca; por otro, era evidente que ella estaba haciendo algo que consideraba paranormal, y este era un tipo de situación que la hacía sentir muy incómoda.

En nuestro viaje de vuelta a Nueva York tuvimos que cambiar de avión en Chicago. Mientras estábamos en la sala de espera Helen observó, sin que ella lo notara, a una joven que leía una revista sentada en un rincón. Se la veía ligeramente inquieta, como muchas veces pasa con la gente que tiene que esperar conexiones en los aeropuertos. Me sorprendí cuando Helen me dijo. “¿Ves esa joven que está allí? Está en apuros, tiene muchos problemas.” Helen insistió en que debía acercarse y hablarle. Resultó que la joven, cuyo nombre era Charlotte, nunca antes había viajado en avión. Había volado por Aerolíneas Ozark a Chicago camino a Nueva York y estaba en estado de pánico. No sabía nada de Nueva York. Después nos enteramos que estaba abandonando a su marido y a dos hijos pequeños, y que se sentía muy angustiada.

Charlotte tenía que viajar en el mismo avión que nosotros. Durante el vuelo nos sentamos a ambos lados de ella sosteniéndole la mano y tratando de calmarla. Le preguntamos dónde se quedaría en Nueva York ya que no conocía a nadie. Dijo que, como era luterana, había pensado que podía ponerse en contacto con una iglesia luterana y que de alguna manera ellos le encontrarían un lugar en la ciudad. Fue en ese momento que nos miramos Helen y yo. El mensaje estaba claro para ambos. Helen oyó decir a su voz interior: “Y ésta es mi verdadera iglesia, ayudar a tu hermano necesitado, y no el edificio que viste antes”. La autoridad de esta voz interior se hizo cada vez más familiar a ambos cuando el Curso comenzó una semanas más tarde en octubre.

NR: Debe haber sido difícil en cierta forma durante ese período, vivir una doble vida recibiendo y ocupándose del material de milagros que les llegaba y continuando con su vida académica normal.

WT: Si, podría decirse que era como vivir en dos mundos diferentes. Mis sentimientos eran tan complejos que es difícil expresarlos de forma simple. Obviamente Helen no había perdido la razón, pero había una sensación de haberse lanzado a algo que nos superaba y para lo que no estábamos preparados.

Naturalmente no discutíamos esto con nuestros colegas, y ninguna de las personas con las que nos relacionábamos profesionalmente estaba al tanto de que esto estaba sucediendo como una dimensión adicional en la vida de Helen y en la mía. A la vez, no podíamos separar completamente el Curso de nuestras responsabilidades académicas, y gran parte de la transcripción tenía lugar en el Centro Médico. Helen me dictaba sus apuntes durante la hora del almuerzo o en cualquier momento que podíamos, pero esto no interrumpía el flujo de nuestros compromisos profesionales que incluían dar charlas, redactar subvenciones para investigación y artículos para publicación, así como una enorme cantidad de tareas administrativas – todas las cosas que forman parte de una intensa vida profesional. Así que lo que experimentamos durante ese período fue en verdad extremadamente inusual.

NR: ¿No hubo momentos en los que Helen consideró seriamente la posibilidad de ver a un psiquiatra o psicólogo por este tema? ¿O quizá pensó en buscar algún tipo de medicación que pudiera librarla de la voz que le dictaba?

WT: No era en absoluto una voz en ese sentido. Helen no era perseguida por voces; era un tipo muy específico de comunicación canalizada que le venía de tanto en tanto; ella se daba cuenta de que había material para transcribir, y podía hacerlo cuando lo creíamos conveniente. No había ninguna presión para dejar de hacer lo que estaba haciendo de inmediato y tomar apuntes. Por el contrario, el material estaba allí casi como si hubiera sido grabado con anterioridad y estuviera esperando que le prestara atención. Se le presentaba en un lugar separado y nítido de su mente. No lo experimentaba para nada como una voz externa.

NR: Sin embargo, dado el carácter de alguien que oye una voz –en el sentido psicoterapéutico tradicional– ¿cuál cree usted que hubiera sido el diagnóstico o pronóstico de Helen sin comprender la dinámica que estaba implícita?

WT: Creo que a las personas que hacen cosas inusuales de ese tipo probablemente se las considera algo disociadas o posiblemente esquizofrénicas. Sin embargo, el hecho de que la habilidad de Helen para desempeñarse como psicóloga no se viera afectada en absoluto durante este período, era una muestra clara de que no era víctima de episodios delirantes. Si acaso, diría que su habilidad para funcionar profesionalmente mejoró a medida que continuamos en este trabajo. Durante la época en la que trabajamos en el Curso pareció aumentar nuestra productividad profesional y la calidad de nuestro trabajo.

Confirma mis palabras el hecho de que cuando completamos el manuscrito ambos obtuvimos nuestras titularidades como profesores.

NR: Helen parece haber tenido mucho más dificultad en adoptar el material del Curso que usted. ¿Hubo algún tipo de formación espiritual o religiosa en su vida o alguna otra cosa que hizo que así fuera?

WT: Bueno, ciertamente no se debió a ningún tipo de formación religiosa en mi caso. Había asistido a la Escuela Dominical de una congregación de Ciencia Cristiana hasta los siete años, cuando de pronto murió mi hermana y mis padres perdieron interés por la religión. Luego, en mi juventud asistí a numerosas iglesias protestantes, pero ciertamente para la época en la que había comenzado a trabajar con graduados en la Universidad de Chicago ya había dejado de tener interés por la religión. ¡Por otra parte recuerdo que a menudo se describía a la Universidad de Chicago como una universidad bautista en la que profesores ateos enseñaban filosofía tomista a estudiantes judíos! Con ese tipo de formación, creo que está a la vista que cualesquiera fueran las creencias religiosas que hubiera podido tener simplemente se hubieran vuelto aun más confusas.

NR: ¿Cuál diría que era su perspectiva filosófica o espiritual en esa época?

WT: Me describiría como un agnóstico. Realmente no me importaba si la realidad espiritual era un hecho o no. Freud consideraba que la religión era una ilusión, y creo que muchos de mis estudiantes graduados y los otros profesores con los que me vinculaba en ese tiempo veían la religión como algo que no merecía ningún respeto intelectual.

NR: Dado su enfoque agnóstico en ese tiempo, ¿había alguna otra cosa en la que estuviera involucrado que hubiera podido preparar el camino para que usted se convirtiera en el catalizador para Un Curso de Milagros?

WT: No como tal, aunque sí fui uno de los primeros estudiantes graduados de Carl Rogers cuando vino a la Universidad de Chicago en 1945. Él enseñaba que el “afecto positivo incondicional” era un prerrequisito esencial para una terapia centrada en el cliente. Ahora me doy cuenta de que lo que Rogers enfatizaba era que la total aceptación en nuestras relaciones significaba expresar perfecto amor. Aunque reconocía cuán lejos estaba de poder aplicar esta idea a mi vida, comprendí con el tiempo su contribución a mi propio desarrollo espiritual.

En realidad, siempre pensé que una Autoridad Superior se había equivocado al elegirnos a Helen y a mí para esta misión. Cuando Helen le preguntó una vez a la voz porqué había sido elegida para este papel, la respuesta que recibió fue: “Obviamente eres la persona indicada porque lo estás haciendo”

NR: Lo que es tan extraño es que ustedes dos –Helen la atea y Bill el agnóstico– contemplaran la idea de hacer algo de este tipo. ¿Cómo conciliar estos dos aspectos? De seguro, algo debe haber provocado dentro suyo.

WT: Durante el verano de 1965 tuvimos muchas experiencias que amenazaron mi sistema de creencias y que me hicieron estar mucho más abierto a la posibilidad de una intervención divina. Para la época en que empezó el Curso, diría que realmente yo ya no era más un agnóstico.

Helen, sin embargo, tenía gran dificultad con el Curso debido a sus propias creencias personales. Continuó cuestionando lo que le sucedía durante el tiempo en el que transcribió el Curso, y no estoy seguro si alguna vez pudo reconciliar lo que hacía con quién ella sentía que era.

NR: Es interesante que usted emplee a menudo el término “misión” (N. del traductor: assignment, que puede también traducirse como función o tarea) con respecto a su participación y la de Helen en el Curso. ¿Por qué?

WT: Bueno, nos pareció que los sucesos que experimentamos y que llevaron al dictado del Curso nos prepararon para una misión que de algún modo, en algún lugar, habíamos aceptado llevar a cabo juntos. En cierto modo estábamos cumpliendo con nuestra función.

NR: Los sucesos que precedieron al dictado del Curso a los que se refiere involucraron varias experiencias psíquicas y místicas por parte de Helen. ¿Tuvo usted experiencias similares?

WT: Si, pero nunca parecían tan espectaculares como las de Helen. Sin embargo, una que me causó un profundo efecto ocurrió un domingo de Pascua en 1970. Había accedido a llevar a Jean, una mujer mayor, una artista, a cenar a Greenwich Village con otros amigos artistas. Era un día de lluvia, invernal, muy frío. Caía aguanieve y soplaba un fuerte viento, lo que era inusual para esa época del año. Como no tenía coche, me di cuenta de que me iba a resultar muy difícil encontrar un taxi, así que medité brevemente acerca de qué hacer. Recibí un claro mensaje de que debía ir a la esquina de la calle 78 y la Quinta Avenida, cerca de donde vivía, exactamente a las 3.15 y el problema se solucionaría. Sentí una enorme resistencia para hacerlo, pero me puse de todas maneras mi equipo de lluvia, caminé hasta la esquina indicada y traté de llamar un taxi. Dado que competía con todos los porteros de la Quinta Avenida parecía totalmente inútil.

Entonces cerré los ojos un momento y me despreocupé, a la vez que me decía: “Gracias, Padre, ya está hecho”. Y por un instante realmente lo creí. Cuando abrí mis ojos, una limusina con chofer había parado justo frente a mí en la esquina y el conductor bajó la ventanilla y me preguntó “¿Puedo ayudarlo, señor?”. Esto, como sabe todo aquel que haya estado en Nueva York o vivido allí, es algo altamente improbable.

Estuve tentado de preguntarle porqué se había detenido frente a mí, y entonces me di cuenta de que sería una pregunta inapropiada. Simplemente debía aceptar este regalo. Me subí y fuimos a buscar a Jean a su casa. ¡Estaba totalmente encantada de que hubiera venido a buscarla en una limusina!

Lo interesante, también, es que no discutí el precio con el chofer. Simplemente me dejó subir sin hacer ninguna pregunta, y cuando llegamos a nuestro destino le pregunté cuánto le debía y dijo algo ridículo como cinco dólares. Creo que le di varias veces esa cantidad por la gratitud y el alivio que sentía.

NR: ¿Qué otras experiencias de ese tipo…?

WT: Mientras estábamos en el proceso de transcribir el material del Curso, oré para que pudiéramos encontrar un maestro viviente – alguien que personificara estas enseñanzas en su propia vida. Por esta época un sacerdote amigo, el padre Michael, me contó acerca de la Madre Teresa de la India. Impresionado como corresponde, conseguí una copia de Something Beautiful for God (“Algo hermoso para Dios”), de Malcolm Muggeridge, el primer libro que describe el asombroso trabajo de sanación de la Madre Teresa para con los más pobres entre los pobres.

Poco tiempo después de leer el libro, el Padre Michael me informó que en esos días la Madre Teresa estaba en Nueva York. Recientemente había fundado un centro para su orden en la parte sur del Bronx – en ese tiempo la peor de todas las zonas de la ciudad, sumida en la pobreza y con alto índice de criminalidad, y se le había pedido que la ayudara con algunos preparativos. Nos invitó a Helen y a mí a unírsele cuando la visitara en el Bronx.

Al principio me asustaba que mis plegarias realmente fueran respondidas, ya que no estaba seguro de estar a la altura de conocer a una santa viviente. No obstante, cuando esta pequeña mujer nos recibió gentilmente con las palmas extendidas, sentí una sensación de alivio casi instantánea. Parecía como si la hubiera conocido de toda la vida. Totalmente desinteresada y sin ninguna pretensión irradiaba la alegría que produce un compromiso espiritual total. Más tarde, se dirigió hacia mí y me dijo, “Doctor, no le gustaría venir a la India? Hay tanto que podría hacer para ayudar a los pobres!” Sentí un impulso casi irresistible de contestar “¡Sí!”

Desde entonces me he encontrado con la Madre Teresa varias veces, incluyendo una visita que hizo junto con el Padre Michael a nuestras oficinas en el centro Médico el año anterior a que Helen se retirara. Para mí, su vida es una demostración de lo importante que es una completa dedicación y una total coherencia con el camino espiritual. Nuestras plegarias reciben respuesta, aunque frecuentemente sucede de la forma que menos esperamos.

NR: Ha habido alguna especulación sobre la posibilidad de que Helen y usted hayan editado el Curso. ¿Lo hicieron?

WT: No. Tenga en cuenta que al principio no sabíamos con exactitud qué estaba sucediendo. Así que hacíamos preguntas de naturaleza personal y anotábamos las respuestas que Helen recibía. Yo escribía las respuestas como parte de un proceso continuo, sin diferenciarlas del dictado interior que Helen anotaba en su cuaderno de taquigrafía. Más tarde, cuando nos dimos cuenta de que era obvio que este material no era parte del Curso, entonces sí lo suprimimos. Es verdad que ha habido un proceso de edición en lo que hace a escribir con mayúsculas, puntuar, dividir en párrafos e introducir títulos en las diferentes secciones del Texto. Sin embargo, estos cambios fueron menores y el Libro de Ejercicios y el Manual para el Maestro también aparecen exactamente como los recibió Helen.

NR: ¿Podría darme un ejemplo del material de tipo personal que decidió suprimir?

WT: Oh, eran preguntas como “¿Hay algo que deberíamos estar haciendo que aumentaría nuestra habilidad para meditar mejor?”. Había también algunos comentarios al principio sobre teorías psicológicas que constituían digresiones de tipo intelectual, y que no tenían nada que ver con el Curso mismo.

NR: Brevemente, ¿cuál considera que es el propósito del Curso?

WT: Ayudarnos a cambiar de idea respecto a quiénes somos y quién es Dios, y ayudarnos, por medio del perdón, a dejar de aferrarnos a la creencia de que nuestra separación de Dios es real. Aprender a perdonarnos y a perdonar a los demás es realmente la enseñanza fundamental del Curso. El Curso enseña cómo conocernos y cómo desaprender todas aquellas cosas que nos impiden reconocer quiénes somos y siempre hemos sido.

NR: ¿Por qué piensa que se llamó “Un Curso de Milagros”? Por qué no “Un Curso de Amor, o de Perdón, o de Verdad”?

WT: Por una buena razón, como nos dimos cuenta después. Pero sí recuerdo, sin embargo, cuando Helen me llamó aquella noche memorable y me dijo que una voz interna le estaba dictando y que repetía todo el tiempo “este es un curso de milagros, por favor toma nota”. En ese momento, ciertamente, mi reacción al título no fue positiva. No obstante, cuando uno se adentra en el Curso y luego en la definición de lo que es un milagro, entonces sí tiene sentido. De hecho, es el único nombre apropiado para el Curso.

NR: ¿Y un milagro es…?

WT: Creo que un milagro es el amor que sustenta el universo. Es un cambio de percepción que elimina las barreras u obstáculos que nos impiden ser conscientes de la presencia del amor en nuestras vidas.

El Curso también nos dice que no hay grados de dificultad en los milagros- uno no es más difícil que otro, ya que la expresión del amor es siempre máxima.

NR: ¿Cuál fue su reacción como psicólogo cuando el Curso les planteó la idea de que hay sólo dos emociones: el amor y el miedo?

WT: Recuerdo con mucha claridad haber mecanografiado esa sección que dice “Sólo puedes experimentar dos emociones. Una la inventaste tú y la otra se te dio”. Y recuerdo haber pensado que esa idea realmente abarca la totalidad del problema psicológico de los diferentes estados emocionales. Y es real, por ejemplo, que la ira es simplemente una expresión del miedo en acción. No puedo enfadarme a menos que antes me sienta amenazado de algún modo, lo que quiere decir que tengo miedo. El amor es en realidad la única otra emoción que existe, y reconocerlo como un hecho, simplificó mucho las cosas.

NR: ¿Y qué es el amor según su definición?

WT: Es muy simple: el amor es la ausencia de miedo. También podría decirse que el miedo es la ausencia de amor. El amor y el miedo no pueden coexistir al mismo tiempo, aunque muchos de nosotros tratamos de vivir como si ello fuera posible. Tratamos de equilibrar un poco de miedo con un poco de amor, y esperamos poder diferenciarlos. Sin embargo, cuando soltamos el miedo por un instante, automáticamente el amor está ahí. No es algo que debamos entender o buscar; el amor simplemente es.

Es muy parecido al sol que está oculto en un día de niebla. Aunque no podemos verlo sabemos que está allí. En cuanto se levanta la niebla podemos verlo. Tal es el caso también para nosotros: cuando podemos detener los pensamientos que nos infunden miedo, podemos aceptar el amor y la luz que están siempre allí.

NR: En cierta forma eso presupone confiar en que está siempre allí, pero parece que a menudo somos llevados a un lugar, casi un precipicio, y se nos pide que demos un paso adelante, confiando en que todavía esté allí. Es realmente difícil adquirir la confianza suficiente para hacerlo.

WT: Con frecuencia, en mi propia vida llamo a eso “la práctica celestial de correr riesgos”: estamos allí afuera caminando por el mundo y sin saber qué va a suceder después. Pero ¿de qué otra forma podemos aumentar nuestra conciencia del potencial dado por Dios si no nos lanzamos a lo desconocido?

Creo que todos tenemos que estar por lo menos parcialmente dispuestos a averiguar si hay una forma diferente y mejor de vivir. De otra manera, simplemente seguiremos repitiendo en nuestras vidas los mismos modelos de pensamiento.

NR: El Curso también diferencia el ego del Ser en términos distintos de los convencionales. ¿Cuál fue su reacción como psicólogo?

WT: el término “ego” como se usa en el Curso se refiere a nuestro ser superficial o falso que se identifica con el cuerpo como forma de expresión externa. Esta identificación ego-cuerpo es el ser que hemos hecho y que contrasta con el Ser espiritual que Dios comparte con nosotros. El ego no es otra cosa que nuestra creencia en un ser separado de Dios. La proyección de este pensamiento de separación da lugar al mundo de la forma. El ego cree que este mundo fenoménico existe independientemente, aunque no tiene ninguna existencia fuera de la mente dividida que lo proyectó.

NR: Uno de los conceptos más controvertidos que presenta el Curso es que este mundo es ilusorio, no real, y que Dios en realidad no está involucrado en él; que Dios sólo se involucra y se interesa por nosotros, no por nuestras cosas, y que somos nosotros quienes les damos valor, no Dios. Éste es un concepto muy difícil de comprender y de aceptar, ¿no es así?

WT: Sin duda. Es un desafío y un problema para todos nosotros. Pero como sabe, muchos físicos del siglo veinte se han referido en forma exhaustiva a las consecuencias que tiene la mecánica cuántica para el misticismo y el pensamiento místico.
Recientemente Ken Wilbur ha editado un libro titulado Quantum Questions (“Cuestiones Cuánticas”) que trata el tema de la realidad física y las experiencias místicas en los escritos de Einsten, Heisenburg, Eddington, Schroedinger y varios otros físicos ganadores del Premio Nobel. Wilber señala que todos estos notables científicos produjeron una visión trascendental o mística del mundo. Si bien la física moderna no prueba que el misticismo es verdadero, sí elimina todo obstáculo teórico importante que pudiera impedir la posibilidad de una realidad espiritual. En efecto, el sólido universo material se ha disuelto en una serie de abstractas ecuaciones matemáticas. Lo que esto demuestra es que muchos físicos conciben el mundo material de la misma forma que el Curso: el mundo es ilusorio, dado que la materia física no es ya entendible en términos de la conciencia sensorial. De algún modo estamos percibiendo algo que no está allí, y es sólo nuestra percepción la que le otorga realidad. La cuestión es entonces ¿Cuál es la naturaleza del poder sustentador que yace detrás de toda forma?

El énfasis en el cambio de percepción que hace el Curso se aplica a todo en nuestras vidas, no simplemente al universo externo, y muy especialmente a nuestras relaciones – a la forma en la que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. A medida que cambiamos nuestra percepción, o más bien a medida que cambiamos nuestras actitudes del miedo al amor, de la culpa a la total aceptación, lo que vemos como un universo limitado también cambia.

Todo lo que es perecedero se ve como una ilusión, y todo lo que es eterno es verdadero conocimiento y proviene de Dios. El objetivo del Curso, entonces, es permitirnos cambiar nuestra percepción hasta el punto en el que Dios nos pueda llevar al mundo del conocimiento. Su propósito inmediato es ayudarnos a derribar los obstáculos que nos impidan estar conscientes de la presencia de Dios en nuestra vida diaria, que es de lo único que trata el milagro. Cuando comenzamos a reconocer y aceptar la presencia del amor de Dios en nuestras vidas, muchas de las preguntas que nos planteamos simplemente desaparecen. No parecen ya ser relevantes porque son preguntas que hace el ego a partir de la percepción de un universo limitado.

NR: Otro concepto difícil de aceptar en el Curso es que cuando reconocemos las ilusiones por lo que son, podemos reírnos de ellas. Bueno, ciertamente para la mayoría de la gente las crisis emocionales como la muerte, el dolor, el hambre y demás son muy reales y nada cómicos. ¿Cómo se acepta esto?

WT: El Curso sugiere que nos olvidamos de reírnos en el momento en que comenzamos a creer que las ilusiones eran reales. Quizá una manera de encontrar el camino de regreso a nuestra verdadera naturaleza sea empezar a reírnos de la insensatez de muchas de nuestras creencias. Norman Cousins ya ha demostrado la importancia de la risa en el proceso de sanación.

Por ejemplo, si queremos ayudar a alguien, ya sea en la psicoterapia o en la vida diaria, no creo que debamos identificarnos con el problema. Lo que tenemos que hacer es identificarnos con la Respuesta. Dado que el problema constituye siempre alguna forma de miedo, culpa o separación, nuestra responsabilidad es identificarnos con la única respuesta que funciona. Al ofrecer el Amor de Dios en una forma que sea apropiada, estamos ofreciendo la única respuesta que es posible dentro de este mundo. Por supuesto esto no implica una falta de compasión, todo lo contrario, Si me identifico con el problema que tienen usted u otra persona, simplemente significa que también yo voy a sufrir. Y cuando me uno a usted en el sufrimiento nadie gana – por el contrario ambos perdemos porque reforzamos el problema.

El Curso dice que todos nuestros problemas surgen de la creencia de que estamos separados de Dios, y la única salida de esta situación es extender el milagro del amor, que es nuestra herencia natural.

NR: Algunas de las personas que empezaron a estudiar el Curso en un principio están decepcionadas por el hecho de que no se refiere en forma específica a algunos temas personales de suma importancia, como por ejemplo el sexo. ¿Por qué no lo hace?

WT: Como usted sabe, el Curso se concentra en el entrenamiento de la mente. El énfasis se pone en el desarrollo espiritual más que en reforzar nuestra identificación con el ego-cuerpo. Pero no hay nada en el Curso que prohíba el sexo. Lo que sí dice es que el cuerpo es un vehículo neutral para comunicar amor. Lo que creo que trata de subrayar el Curso es que la unión física nunca puede resolver el problema de nuestro sentido de separación de Dios. Sólo puede ser un sustituto para nuestra tentativa unión con Dios. Por eso es que, como objetivo de una relación, la gratificación física nunca es duradera y no une individuos en forma permanente. Y eso también puede decirse de muchos otros impulsos físicos y emocionales que tenemos que surgen del ego – cosas que hacemos para tratar de unirnos de forma permanente a otros, y que siempre terminan fracasando.

NR: Otro tema específico que el Curso no trata y que preocupa a todos los que lo estudian es el asesinato - el hecho de tratarlo como una ilusión o por medio del perdón.

WT: Quizá la dificultad proviene de percibir al otro sólo como un cuerpo. Creo que esa es la ecuación esencial ego-cuerpo, que es la fuente más importante de nuestra infelicidad, su verdadero núcleo.

Sin ninguna duda, el asesinato es un tema que provoca una respuesta muy emocional en todos nosotros. Pero la transformación interior que nos ocupa aquí está relacionada con nuestro propio cambio de percepción, con nuestra capacidad de reconocer que el miedo es el problema que todos tenemos. Ya sea que tome la forma de asesinato, ataque o pérdida, lo que queremos aprender es cómo enseñar amor de tal manera que el miedo no sea más parte de nuestra conciencia. A medida que cambiamos nuestra propia conciencia y nuestro propio conocimiento, estamos ayudando a que todos los demás también lo hagan, y creo que es por medio de este proceso que contribuimos a crear una sociedad y un mundo más sensatos.

NR: Otro asunto importante en nuestra vida es la muerte, el morir. ¿Por qué es que el Curso no trata este tema para contribuir a nuestra paz mental?

WT: Creo que lo hace. El Curso afirma muy claramente que “Ya no habrá muerte. El Hijo de Dios es libre”.

En un sentido, dado que fuimos creados eternos, literalmente nunca nacimos, por lo que nunca podemos morir. Es decir, en el marco de la eternidad siempre hemos existido como una extensión del Amor de Dios. Creo que la noción de almas recién acuñadas viniendo a este mundo material por unos pocos años y luego partiendo hacia el más allá, no es la lección que el Curso enseñaría. El Curso afirma repetidas veces que permanecemos como Dios nos creó, permanecemos como aspectos eternos del espíritu y nunca hemos sido limitados por la forma. Cuando el cuerpo ya no está vivo y animado, simplemente significa que ya no nos es útil. Nuestro cuerpo no tiene nada que ver con el hecho de que estemos vivos o muertos, porque nuestro cuerpo no es nuestra verdadera identidad.

NR: ¿Qué hay de los animales, entonces? Ya que el Curso tampoco los menciona, dónde encajan, al igual que los insectos o las plantas y los árboles?

WT: A menudo el Curso usa la frase “toda cosa viviente”. Una vez más, todo lo que tiene vida tiene vida eterna. Ya que toda vida proviene de Dios y es una e inseparable, sin duda la fuerza vital que anima a los animales y a las plantas es la misma fuerza vital que nos anima a los seres humanos. Y siempre me asombra lo que pueden enseñarnos los animales; cuán rápidamente nos perdona un perro al que le pisamos una pata. No nos guarda rencor, sino que nos demuestra amor en el instante en que abrimos la puerta. Cualquier queja que podría albergar no perdura en la mente de un perro. Por eso creo que las mascotas son maravillosos maestros de perdón para todos nosotros. Son extensiones del Amor de Dios porque traen alegría y dimensiones adicionales de amor a nuestras vidas.

NR: ¿Qué sucede con el hecho de matar cierto tipo de animales y comerlos? ¿Cómo conciliar esto con la idea de abrazar la vida y tratar de no estar separado de ella?

WT: Mucha gente elije ser vegetariana por muy buenas razones. Cualquier cosa que aumente nuestro sentido de culpa no contribuye a nuestro propio beneficio. Creo, por lo tanto, que los estudiantes del Curso determinarán lo que es correcto para ellos prestando oídos a su guía interna.

Jesús nos enseñó a no preocuparnos tanto por lo que ponemos en nuestra boca sino por lo que permitimos que salga de ella. Así que no es lo que comemos, sino nuestros pensamientos y la forma en la que nos relacionamos con otros lo que da testimonio de nuestro progreso espiritual. Lo que es importante es la oportunidad que tenemos en cada momento de elegir entre expresar miedo y expresar amor en nuestras vidas.

NR: A partir de esta premisa, entonces, uno podría concluir que los cuerpos no son vida.

WT: El cuerpo es un vehículo para la comunicación y el aprendizaje – la fuente de vida es siempre espiritual.

El Curso nos enseña que siempre que tenemos dudas acerca de cualquiera de nuestras decisiones o elecciones de vida, podemos pedir ayuda a nuestra guía interior o, como el Curso lo llama, el Espíritu Santo.

NR: Con respecto a la propia guía interior, el Curso nos advierte respecto del riesgo de buscarla en el ego, no es así? ¿Cómo distinguimos entre el ego y el Espíritu Santo? ¿Cómo sabemos quién es el que habla?

WT: Bueno, el Curso dice que el ego siempre habla primero y que se equivoca. Para poder oír a nuestra guía interior debemos aquietar nuestra mente, estar dispuestos a renunciar a cualquier preferencia respecto de la respuesta y escuchar a esa pequeña y tranquila voz en nuestro interior. El hecho de que nuestra guía interior nunca hable de forma estridente, sino con una voz amorosa y tranquila, es algo que podemos considerar como una señal de su autenticidad, y pienso que, con la práctica, todos nosotros hemos aprendido a diferenciarlas.

NR: ¿Cómo maneja usted este problema en lo personal?

WT: Si no me siento en paz, es que estoy escuchando la estática superficial que produce mi ego. Entonces vuelvo a elegir, y trato de obviar la interferencia para poder oír la suave voz de mi guía interior.

El Curso identifica la Voz con el Espíritu Santo. También dice que Jesús esta igualmente disponible para ayudarnos en cualquier momento. En este sentido, podemos considerar a Jesús nuestro hermano mayor. Su mensaje no es diferente del mensaje del Espíritu Santo, ya que todos los maestros de Dios transmiten el mismo mensaje.

NR: ¿No cree usted que referirse a Jesús y al Espíritu Santo de esta forma no convencional, así como hacer referencia a otras ideas “nuevas” con respecto al Cristianismo puede ser contradictorio para los cristianos tradicionales?

WT: Bueno, creo que si uno se remonta a las enseñanzas de Jesús como eran en su origen, la respuesta es NO.

Por ejemplo, el Curso aclara y amplifica las enseñanzas de Jesús respecto a la importancia fundamental del amor y el perdón. Creo que quizá la religión institucionalizada ha perdido muchas veces de vista la esencia de ese mensaje al hacer hincapié en la culpa.

NR: ¿Entonces usted no cree que el Curso cuestione el cristianismo o alguna de las religiones actuales?

WT: Creo que el Curso está decididamente de acuerdo con la filosofía perenne que subyace a todas las grandes religiones. Hay, sin embargo, algunas diferencias fundamentales, como el énfasis que el Curso pone en renunciar a la creencia de que la culpa y el pecado son reales. La religión, según la experimenté cuando era joven, parecía hacer hincapié en estos aspectos negativos.

El Curso, no obstante, continuamente nos dice que estamos libres de culpa, que seguimos siendo como Dios nos creo, que podemos errar, pero que los errores requieren corrección y no castigo. Conceptos como la culpa, el pecado y el castigo son totalmente ajenos a la orientación del Curso. El Curso afirma inequívocamente que el amor es nuestra única realidad y que “el Amor no mata para salvar”.

Cualquier religión que haga hincapié en el miedo, la culpa y la separación de Dios, obviamente contradice la idea de total unidad y amor del Curso. Sin embargo, el Curso no habla de la religión institucionalizada, y no le aconseja a nadie que renuncie a ser miembro de una iglesia. De hecho, creo que el material del Curso podría ayudar mucho a las personas que quieren desarrollar una vida espiritual más rica dentro de sus propias tradiciones; es ecuménico.

Sé que existen pastores, George McLaird de la iglesia Presbiteriana de Sausalito, en California, es uno de ellos, que enseñan el Curso en forma regular en sus iglesias. Y mucha gente en todo el país asociada a la Iglesia de la Unidad también se involucra activamente con las enseñanzas del Curso. Es el caso del Rev. Terry Cole-Whittaker, que tiene un ministerio televisivo de gran difusión.

NE: Usted dice que el Curso es ecuménico, pero sin embargo es decididamente cristiano en su esencia, dado que usa el modelo cristiano del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

WT: Es verdad. El Curso usa terminología cristiana pero a la vez expresa verdades espirituales universales, lo que explica quizá que gente de todos los credos puedan encontrarlo valioso. Creo que el Curso lo expresa muy bien cuando dice: “Una teología universal es imposible, mientras que una experiencia universal no sólo es posible sino necesaria”.

Poco tiempo después de empezar a transcribir el material, comencé a leer mucha de la literatura mística del mundo. Uno de los primeros autores que me hizo una profunda impresión fue Vivekananda, en su exposición sobre la filosofía Vedanta de la India. Fue discípulo de Ramakrishna, quién en las postrimerías del siglo XIX y a principios de este siglo fundó un numero de ashrams Ramakrishna y centros de enseñanza en este país. Asombrosamente, la filosofía Advanta vedaita tal como la explica Vivekananda parece tener muchos puntos en común con las enseñanzas del Curso, aunque el contexto y el lenguaje sean diferentes. En ese momento recuerdo haber pensado que el Curso podía concebirse como una forma de Vedanta cristiano.
Los estudiantes de budismo me dicen que las semejanzas entre el Curso y las enseñanzas budistas son notables. Es también un hecho interesante que muchas de las personas asociadas al Curso son de origen judío, y éste les ha parecido extraordinariamente significativo y de gran ayuda a pesar de la terminología cristiana.

Así pues, me ha impresionado lo ecuménico que puede ser el Curso, y el hecho de que su propósito no sea aumentar nuestra sensación de separación sino unir a la gente. Y lo veo suceder en todas partes con cientos de grupos de estudio que están compuestos de gente de todas las profesiones y religiones que se reúnen regularmente a estudiar y hablar del Curso. Para mí esto demuestra una confluencia espiritual y la voluntad de renunciar a una idea de separación de los demás y de Dios. De eso es de lo que realmente trata el Curso.

Las experiencias que podemos obtener de seguir las enseñanzas del Curso son mucho más importantes que la posibilidad de caer en trampas semánticas sobre el uso específico de un término. Por lo tanto, estoy a favor del uso más amplio y ecuménico de las ideas del Curso en diversos contextos, sé que es lo que la gente está haciendo, y lo aplaudo.

NR: ¿Qué hay del uso exclusivo de términos masculinos en el Curso, tales como Padre e Hijo, o Él? ¿Qué piensan al respecto las estudiantes mujeres?

WT: Sé que a algunas mujeres les ha inquietado el empleo de términos masculinos y han pensado en sustituirlos por términos femeninos. Muchas de las que han pensado en la posibilidad de cambiar han llegado a la conclusión de que Madre, Hija o Ella sólo crearían una nueva polaridad. Otras han descubierto que usar el término “Espíritu” –una palabra totalmente neutral y andrógina– les resuelve el problema.

NR: ¿Cómo han reaccionado a todo este tema sus viejos amigos y colegas? ¿Se han mostrado receptivos, comprensivos, desentendidos, preocupados?

WT: No he estado en contacto con muchos de ellos, aunque los pocos a los que he visto se muestran bien dispuestos con respecto a todo el material. No tengo idea de cuál sería la reacción generalizada entre mis antiguos colegas, ni he tratado de averiguarla.

Sin embargo, estoy seguro de que en esa época la mayoría habría considerado que Helen y yo estábamos locos si hubieran sabido lo que estábamos haciendo. Tenga en cuenta, no obstante, que todo comenzó en 1965 y ahora estamos en 1984, cuando creo que hay mucho más receptividad a las ideas espirituales que la que había hace diecinueve años. Así que quizá no es justo especular ahora sobre este tema.

NR: A su vez, usted y Helen no se lo mostraron a nadie en ese momento, lo mantuvieron oculto y también mantuvieron lo que hacían totalmente en secreto.

WT: Si, y sin duda no se lo hubiera mostrado a mis colegas. Hacerlo no hubiera sido sensato. Mi misión tal como yo la concebía era aprender yo mismo del material y no mezclar mis responsabilidades en el Centro Médico con nuestra trascripción del Curso.

Pero como dije, ahora vivimos otro momento, mucho más luminoso.

NR: ¿Qué piensa ahora acerca de todo esto, del hecho de que fue usted una parte integral y especial de Un Curso de Milagros, al que alguna gente prominente se ha referido como el documento más importante del siglo?

WT: Francamente, Helen y yo no teníamos intención de publicar el Curso cuando lo estábamos transcribiendo. Muy por el contrario. El material parecía estar destinado específicamente a nuestra educación espiritual. Lo considerábamos nuestro “secreto vergonzoso”, algo que estábamos entregados a hacer, pero en esos días no había ningún indicio de que debíamos compartirlo con otros.

Cuando finalmente aceptamos que se publicara en forma anónima, pensé que muy pocas personas estarían interesadas en cambiar su percepción aplicando los métodos que el Curso proponía – me parecía que era muy difícil. Sin duda nunca esperé que viviría para ver que miles de personas vieran el Curso como un mapa para volver a su hogar.

Agradezco el hecho de que Helen y yo pudiéramos cumplir con nuestra parte para que el Curso estuviera disponible para todos, y estoy igualmente agradecido al gran número de estudiantes que hoy están haciendo sus propias contribuciones de muchas maneras. Con varias traducciones en curso, parece que estas ideas van a seguir llegando a un número cada vez mayor de lectores.

Es maravilloso saber que tanta gente a nivel mundial está usando el Curso para ayudar a su propio despertar espiritual. Creo que el Curso expresa lo que está sucediendo con poética claridad en el siguiente pasaje: “La mente que duerme no puede sino despertar, según ve su propia perfección reflejando al señor de la Vida tan perfectamente que se funde con lo que allí se ve reflejado. Y ahora ya no es un simple reflejo, sino que se convierte en aquello que refleja y en la luz que hace que el reflejo sea posible. La visión deja ahora de ser necesaria. Pues una mente despierta es aquella que conoce su Fuente, su ser y su Santidad.”

NR: ¿Cuáles son sus planes de ahora en adelante?

WT: En este momento estoy trabajando en un libro con Jerry Jampolsky, un psiquiatra, y Pat Hopkins, una escritora y editora, basado en ideas relacionadas con el Curso. El libro será publicado por Bantam en algún momento del año que viene. Acabo de completar un capítulo con Roger Walsh, otro psiquiatra, para The Comprehensive Textbook of Psychiatry, editado por Freedman y Kaplan, que puede que también se publique a principios de 1985. Mis objetivos inmediatos son seguir explorando distintas formas de aplicar las ideas del Curso a mi vida y difundirlas para ayudar a otros.

¡Demos gracias a Jesús! ¡Gracias a ti, Bill! ¡Gracias, Helen! Siempre les estaremos profundamente agradecidos por su aporte. Hagamos ahora un momento de silencio en agradecimiento a la Ayuda omnipresente que se ofrece a todos por medio de Un Curso de Milagros y de muchos otros símbolos en todo el cosmos. 
 
Gentileza del Blog de Nick.
Facilitador de Un Curso de Milagros